Operación Balmis
revista de aeronáutica y astronáutica /octubre 2020
dosier 769
El 11 de marzo, la Organización Mundial de la Salud elevó la situación de emergencia de salud pública ocasionada
por la COVID-19 a pandemia internacional. La rapidez en la evolución de los hechos, a escala nacional e internacional,
requería la adopción de medidas urgentes y extraordinarias, lo que obligó a usar todas las capacidades del Estado,
entre ellas la militar.
En consecuencia, el Ministerio de Defensa ordenó la activación de una parte de las capacidades de que disponen las
Fuerzas Armadas para apoyar a las autoridades civiles y a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado (FCSE) en la
contención de la pandemia; entre ellas estaban las que pudiese aportar el Ejército del Aire.
Una vez que el Gobierno declaró el estado de alarma, el día 14 de marzo, se inició el proceso de planeamiento por
parte de las Fuerzas Armadas (FAS). Para dar respuesta a esas medidas urgentes y poder hacer frente a la crisis sanitaria
producida por la COVID-19, se realizaron reuniones urgentes en el Mando de Operaciones (MOPS) los días 14 y 15 de
marzo, que culminaron el día 16 de marzo con la promulgación del OPLAN 00103 del CMOPS.
Ese mismo día, comenzó la Operación Balmis en apoyo a las instituciones del Estado y a las Administraciones públicas
para preservar la seguridad y bienestar de los ciudadanos; el Ejército del Aire, activa el Mando Componente
Aéreo (JFAC) en la base aérea de Torrejón, con los elementos necesarios y unidades transferidas para llevar a cabo la
operación.
CONTRIBUCION DEL EJÉRCITO DEL AIRE
Las FAS constituyen uno de los instrumentos fundamentales al servicio del Estado para ser utilizados en situaciones
de emergencias y catástrofes, epidemias y pandemias, y contaminación atmosférica y acústica con el objetivo principal
de dar apoyo a la población en estrecha colaboración con las Administraciones Publicas, las fuerzas y cuerpos de seguridad
del Estado e las instituciones del Estado.
Unidades del Ejército de Tierra, de la Armada, del Ejército del Aire, de la Unidad Militar de Emergencias, así como la
dirección operativa de la Inspección General de Sanidad de la Defensa (IGESANDEF) conformaron en esta ocasión lo
que denominamos estructura operativa de las Fuerzas Armadas, que, bajo el mando/dependencia del JEMAD, llevaron
a cabo la Operación Balmis.
En el caso del Ejército del Aire, nuestra aportación se fundamentó en capacidades, que básicamente, aunque no
exclusivamente, se sustentan en la naturaleza de nuestra forma de operar, que es en el aire y desde el aire, y hemos
realizado actividades de:
– Presencia, reconocimiento y patrulla en distintas localidades en las cuales el EA tiene unidades desplegadas permanentemente.
– Seguridad de infraestructuras críticas (central nuclear de Trillo).
– Apoyo con equipo y personal sanitario; nuestras unidades médicas aéreas de apoyo al despliegue de Madrid y
Zaragoza (UMAAD) y la Unidad Médica de Aeroevacuación (UMAER).
– Aerotransporte de personal y carga, fundamentalmente hacia los territorios cuyo abastecimiento resulta más complicado
(los archipiélagos de Baleares y Canarias y las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla.
– Y finalmente, el aerotransporte de material sanitario adquirido o donado por Gobiernos, instituciones u organizaciones,
tanto nacionales como internacionales.
– También se han realizado colaboraciones puntuales con autoridades, centros y organismos en localidades donde el
EA tiene presencia y su apoyo ha sido requerido.
En resumen, una gran variedad de actividades/capacidades que, aunque alguna de ellas, cuantitativamente, no es
muy significativa, cualitativamente aportan un valor añadido muy notable a la contribución del Ejército del Aire a paliar
los efectos de esta pandemia.
El compromiso de nuestro Ejército del Aire con la libertad y la seguridad de España y los españoles queda refrendado
por el trabajo permanente que, a diario, realizan todos sus componentes.
Recordemos que un alto porcentaje de nuestra actividad diaria son lo que denominamos misiones permanentes,
aquellas que realizamos 24 horas al día los 365 días del año; ya antes de la declaración del estado de alarma, habíamos
tomado medidas preventivas para asegurar no solo nuestro compromiso con Balmis, sino también con todas estas