NACIONAL
profesionales», aseguran los aspirantes
Jesús y Daniel.
Cuando su paso por el CEFOT concluya,
quizá se habrán convertido en unas
personas diferentes, «habrán adquirido
unos hábitos y valores que les harán
madurar aún más, lo que supone una
enorme gratificación», apunta el brigada
Valverde. «Pensar que lo que saben,
desde lo más básico, como saludar o
uniformarse, te lo deben a ti, produce
una gran satisfacción y orgullo», señala
la sargento 1º Ruiz. En unos meses pasarán
de civiles a militares: para ello «se
han preparado física y psicológicamente
y, cuando lleguen a sus unidades, queremos
que lo hagan con ganas, alegría y
espíritu de entrega», concluye el brigada
Ruiz, instructor en el CEFOT 2.
Y es que en estos centros están aprendiendo
puntualidad, orden, sentimiento
de grupo y respeto, algo que la COVID-19
no puede alterar. Un esfuerzo que «tiene
su recompensa», asegura la aspirante
Gema Alonso, porque hay algo en lo
que todos están de acuerdo: «Sin duda,
volvería a repetir la elección de ser un
soldado español». ¢
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