LA LEGION REAL...
Este brigadier Serrano Valdenebro, que tuvo el honor de ser uno de los doce capitanes de fragata que el rey Carlos III
nombrara en 1787 como primeros comandantes de un batallón de Marina5, siempre fue un gran defensor de que la Armada
tuviera una buena Infantería de Marina, dejándolo así reflejado en su libro “Discurso del arte de la guerra”, donde escribió:
«el Cuerpo de la Armada mantiene un nervio de Infantería formidable. El rey cuenta con ella, con esa Infantería, no solo para
defensa de sus naves sino para todo género de operaciones de guerra».
De cualquier modo, el 28 de noviembre de1808, se dispuso que cuando un batallón de Marina se integrase en una
unidad del Ejército de Tierra, se acatarían desde ese momento todas sus ordenanzas. La principal consecuencia de esta
orden fue que las tradicionales banderas coronelas de las tropas de Marina tuvieron que dejar de ser moradas y volver a
hacerse, pero en color blanco, a semejanza de las del Ejército.
Pocos meses después, mediante el Decreto de la Junta Suprema Central de 16 de enero de 1809, y ante las necesidades
de esta Guerra de la Independencia, se amplió aún más la entidad del Cuerpo de Infantería de Marina, organizándose definitivamente
en seis regimientos: los tres primeros en Cádiz, dos para campaña (la susodicha Legión Real de Marina) y
otro, el tercero, como defensa de la guarnición; dos más en Cartagena (el cuarto y el quinto) y un sexto regimiento de
Marina en Ferrol6.
Las principales batallas de la Legión de Marina: Talavera y Ocaña.
Una de las acciones más importantes de los regimientos de esta Legión de Marina se produjo el 12 de junio de
este año de 1809, cuando su fuerza que estaba acantonada en el paso de Santa Olalla (Toledo), salió a reunirse con
el Ejército de operaciones del general Cuesta. Al mando de ella iba el brigadier Serrano Valdenebro, batiéndose
brillantemente en el combate de Ciudad Real y distinguiéndose en la victoriosa batalla de Talavera (Toledo) del 27
de julio. En esa batalla se enfrentaron los 35.000 soldados británicos del general Wellesley (futuro Lord Wellington)
y los 20.000 soldados españoles del general Cuesta, contra los más de 50.000 soldados napoleónicos de José Bonaparte.
El Ejército aliado estaba posicionado entre el río Tajo y el Cerro de Medellín, situándose los españoles en tres
líneas a la derecha junto a la ciudad de Talavera y los ingleses a la izquierda, ocupando el cerro con un refugio artillado.
El asalto de los franceses se inició de madrugada sobre las posiciones inglesas, quienes aguantaron los ataques tras
haber reforzado su flanco izquierdo con la caballería española y la quinta división española de Bassecourt (donde estaban
los infantes de marina). Visto el escaso éxito del ataque, José Bonaparte se reunió con sus generales para decidir si retirarse
o continuar. Tras una larga deliberación decidieron continuar la batalla, pero Wellesley aprovechó este descanso
para reforzar sus posiciones con artillería española, y cuando volvieron a atacar los franceses contra las posiciones británicas,
fueron repelidos dejando tras de sí más de 7.000 bajas.
Durante el resto de esa tarde, el Ejército aliado se dedicó a restablecer sus líneas para continuar la batalla al día
siguiente, pero al amanecer, los aliados descubrieron que el Ejército francés se había retirado. En el bando aliado hubo
5.000 bajas inglesas y unas 1.200 españolas.
A raíz de este éxito, Serrano Valdenebro fue ascendido a mariscal de campo y los dos jefes de los regimientos de Marina
fueron también ascendidos por méritos en campaña, siendo relevados por el capitán de navío Salomón en el 1.er regimiento
BOLETÍN DE LA INFANTERÍA DE MARINA 35
y por el capitán de navío Meléndez Bruna en el 2.º.
El 19 de noviembre de 1809 se produjo la derrota de Ocaña, donde la Legión Real de Marina protegió la retirada del
Ejército español del general Cuesta ante un enemigo muy superior, destacando su heroico comportamiento en el momento
culminante de la batalla, cuando se mantuvieron cubriendo la retirada conteniendo el ataque contrario, hasta que finalmente
fueron desbordados por la caballería francesa.
En esta heroica acción el 1.er regimiento sufrió 24 bajas de oficiales y 1.044 de tropa. Del informe del general Jácome,
jefe de la sexta división española, se extrajeron las siguientes palabras relativas al 1er regimiento de Marina: «…en
la desgraciada batalla de Ocaña tuvo la gloria de distinguirse muy particularmente, sosteniendo la retirada contra unas
tropas vencedoras que lo cargaron con la mayor intrepidez, en cuya obstinada resistencia ha sido ocurrida la pérdida que
5 En concreto él estuvo al mando del 9º batallón. Los otros once batallones que en ese momento existían el Cuerpo, lo mandaron respectivamente los
capitanes de fragata José de la Valeta, Juan Villavicencio, Ignacio Iturriaga, Antonio de Landa, Antonio del Postigo, Marcos Fongión, José Barrientos,
Tomás Smit, Francisco Herrera, Ramón de Bertendona y Pedro Ristori. Doce batallones que en 1806 el entonces rey Carlos IV decidió reducirlos
drásticamente a tan solo cuatro, de unos mil hombres cada uno, y que en el espacio de dos años llegaron a ir creciendo paulatinamente hasta constituir
los cuatro regimientos que existían al comienzo de la guerra.
6 Regimiento gallego condecorado con la Cruz de distinción de Tolosa, por ser la primera fuerza española que el día 10 de abril de 1814 pisó tierras
francesas persiguiendo a las tropas de Napoleón.