y su transformación como hombre redimido, convirtiéndose
en un hombre de Cristo.
Entró en Licia y predicó el evangelio convirtiéndose
para sus contemporáneos en San Cristóbal
de Licia.
Tras el edicto contra los cristianos
del sanguinario Decio, los
creyentes se convirtieron en el
enemigo número uno del imperio,
buscando el exterminio de los
seguidores de Cristo. El precónsul
Dagno ordenado por Decio, se enteró
de la predicación así como de
los seguidores que tenía Cristóbal.
Ordenó su apresamiento de noche
y con un enorme número de
soldados (más de 200). La reacción
de Cristóbal fue sosegada
y tranquila y cuando lo llevaron
ante él, Dagno sin otro recurso que
hacer valer su poder y excitado ante
la tranquilidad de un hombre de sus
características físicas, le dijo: “o rindes
aquí delante de todos culto a nuestros
dioses o te hago descuartizar en nuestra
presencia”. Cristóbal expresó la fi rma
voluntad de su condición de siervo
de Dios y su inquebrantable voluntad.
Dagno al no conseguir su propósito,
ordenó a Niceta y Aquilina incitar a
Cristóbal a yacer con ellas. Cristóbal
de forma pacífi ca comenzó a orar y
a pedir a Dios salvación para sus almas,
las cuales se convirtieron por el
propio testimonio de Cristóbal. Esto
desencadenó los crueles tormentos
a los que fue sometido y su posterior
decapitación.
Historia
Existe un profundo desconocimiento
de este Santo ya que la
realidad del personaje se mezcla
con la leyenda y aunque nadie
duda de su existencia es muy difícil
comprobar la veracidad de
su biografía.
Es muy probable que su nacimiento
se produjera en Asia Menor.
Fue bautizado en Antioquía
una provincia romana de Siria
que ocupaba la zona
costera del Mediterráneo
oriental entre las
cordilleras del Tauro y
de Egipto, en tierra cananea,
histórica región
Palestina donde se establecieron
las doce tribus de Israel.
No se sabe a ciencia cierta en qué
ciudad vino al mundo. Se lo disputan Tiro y Sidón,
las dos poblaciones más importantes de la provincia.
Asia Menor se componía en aquel tiempo
de cinco pro- vincias y tres reinos de regular
extensión, todos, como es natural, dependientes
de Roma. Concretamente
Siria albergaba un ejército
de más de 50.000 hombres
para guardar la frontera del
Éufrates.
La fecha también es
aproximada, siglo III ya que
su muerte se sitúa cerca del
250 durante el gobierno
del tercer emperador romano
Decio, del que existen
datos fi dedignos.
A partir de esa fecha es venerado
en todas las comunidades
cristianas, tanto de oriente
como de occidente. Aunque
es uno de los santos más populares
de oriente y occidente
apenas se conoce algo cierto
sobre s vida y su muerte.
Siguiendo las costumbres
de la época le pusieron cuatro
nombres: Offero, Relicto,
Réprobo y Adócimo, aunque,
al parecer, tanto los familiares
como los paisanos,
le llamaron principalmente
como Relicto.
Sus biógrafos lo describen
con innumerables califi cativos:
lindo talle, ojos claros, mirada
refulgente, cabellos rubios y rizados,
robusto y alto, gentil y
agradable fi gura, de hermosura
varonil y señorial elegancia.
Que fuera considerado
como gran mártir puede tener
su fundamento en la narración
sobre su estatura. La corriente y
la pesadez del niño fueron propuestas
para signifi car las pruebas
y las luchas del alma que
toma sobre si el yugo de Cristo
en este mundo.
San Ambrosio, muerto en el
año 397, hace un maravilloso
resumen de
la vida de San Cristóbal
en el prefacio
que compuso para su
misa. En Bitinia se conserva
una inscripción
que recuerda “la consagración
de esta iglesia en honor de San
Cristóbal el año 412”. San Re-
Diciembre - 2020 Armas y Cuerpos Nº extraordinario 2020 45