Niños trabajadores en la minería. S.XIX
permitieron el desarrollo económico de la
burguesía, pero en los planes de crecimiento
burgués no se contemplaban las preocupaciones
proletarias, que en condiciones casi inhumanas
cumplían con jornadas agotadoras en las fábricas
burguesas. Tampoco se tuvieron reparos en
incorporar a los niños al trabajo de las fábricas. En
muchas ocasiones cuando el patrón contrataba
al padre, éste procuraba que se contratara a
toda la familia para realizar el trabajo, a lo que
los patronos no ponían muchos impedimentos,
puesto que tanto mujeres como niños realizaban
el mismo trabajo que los hombres y cobraban
menos de la mitad del salario. Hubo a principios
del siglo XIX un aumento demográfi co importante,
se había mejorado la sanidad, la alimentación y
las condiciones higiénicas. Como consecuencia
de estas mejoras la mortandad infantil disminuyó
en gran medida, se había dado a la infancia
una solución sanitaria, pero nadie se había
preocupado de proporcionarles una solución
social de futuro. Con este panorama social se
encuentra Don Bosco cuando llega a Turín. Las
fábricas tienen mano de obra asegurada, pero el
tejido urbanístico de las ciudades como Turín es
desbordado por la afl uencia masiva de población
de las zonas rurales. Hay grandes mejoras
técnicas, científi cas, médicas y arquitectónicas,
pero también aparecen nuevas patologías
sociales como la delincuencia, el alcoholismo
y la prostitución. En medio de este escenario
de trabajo agotador y degradación social se
encontraban los más débiles, los protagonistas
de la obra de Don Bosco, los niños. Don Bosco
encuentra su destino, los niños serán el centro de
sus preocupaciones
Don Bosco y los niños.
En 1831 el joven Juan es admitido en la
escuela pública de Castelnuevo, estudios que
compaginará con su trabajo en el taller del
herrero Evasio Savio. Tras su formación en la
escuela pide el ingreso en los franciscanos de
Turín en 1834 y aunque es admitido, cambia de
idea e ingresa en el seminario de Chieri donde
conocerá a Luis Comollo, uno de sus más
íntimos e infl uyentes amigos. Con 25 años de
edad en 1840 se convierte en diacono y al año
siguiente es formado sacerdote. Pero el destino
querrá que el lugar de trabajo de don Bosco
esté en Turín, la capital será su primer y único
destino como sacerdote, concretamente en la
iglesia de San Francisco de Asís. Desde el primer
momento el joven sacerdote se inclina por los
más desfavorecidos. Alejado del camino fácil y
rutinario de párroco de iglesia, se encargó de
Noviembre - 2020 Armas y Cuerpos Nº extraordinario 2020 7