218 CÉSAR PELLICER MARCO
Todo ello, en fin, impedía al caballo ir al trote por mucho tiempo,
y hacía muy inefectivo cualquier tipo de carga o combate cercano, como
corrobora el testimonio del misionero portugués Luís Fróis, que en 1585
describía los caballos japoneses como «pequeños e inferiores en belleza»
y «desenfrenados y poco acostumbrados a ser montados»25. De ahí que el
modelo de caballero-arquero se mantuviera hasta el siglo XIV, hasta ser sustituido
por nuevas formas de hacer la guerra con el colapso del feudalismo,
en un proceso muy similar a la «revolución militar» que Parker propuso para
Europa. Esto lo analizaremos a continuación.
Declive de la caballería nipona
Los caóticos siglos XIV y XV japoneses sentaron las bases reforzaron
sobremanera al feudalismo, haciendo gravitar el poder definitivamente de
la corte del Shogún a las provincias de los señores feudales. Asimismo, en
un proceso parecido al europeo, las novedades armamentísticas y las necesidades
tácticas hicieron que la infantería fuera arañando incesantemente
protagonismo a la caballería, hasta que, en un lapso de dos siglos, la acabó
por relegar a un mero rol simbólico y ceremonial de estatus.
Para comprender este ocaso, hay que tener en cuenta que el siglo
XIV desangró a Japón en un cisma o guerra civil conocido como Período
Nambokuchô (es decir, de las “Cortes del Sur y del Norte”, de 1336 a
1392). Ello se debió al alzamiento llevado a cabo por parte del Emperador
Go-Daigo, que, al contrario que sus antecesores, se negó a ser una marioneta
del gobierno militar de Kamakura. El shogunato colapsó, y un golpe
de Estado por parte de uno de los gokenin principales llevó al poder a la
familia Ashikaga, que fundó el Shogunato Ashikaga, el segundo de la historia
japonesa.
Durante casi un siglo entero el país se dividió en dos: la corte del
nuevo Shogún con un emperador títere (el propio hermano del shogún), y la
corte del Emperador rebelde. Los nobles se alinearon con uno u otro bando,
llevándoles a armar sus huestes hasta el límite, y a fortificar su territorio. En
principio seguían siendo vasallos del nuevo Shogún Ashikaga, pero, aprovechando
el fragor del conflicto, los gokenin duplicaron o triplicaron su poder,
haciendo imposible ningún tipo de control.
25 FRÓIS, Luis: Tratado sobre las contradicciones y diferencias de costumbres entre los
europeos y japoneses (1585). Ediciones Universidad de Salamanca, Salamanca, 2003.
Revista de Historia Militar, 128 (2020), pp. 218-238. ISSN: 0482-5748