LOS DISTINTIVOS Y LAS MEDALLAS CREADAS PARA LAS… 263
como a los que retornaban lisiados o graves al mismo, lo que podía afectar
a la moral de los marroquíes que podían reclutarse42.
Por ello, una de las primeras gestiones que realizó la Oficina de Asuntos
Marroquíes de Sevilla, fue la de crear hospitales exclusivamente musulmanes
“para evitar las muchas reclamaciones que había sobre la mezcla
con elementos cristianos en convivencia y sobre todo, condimentación de
las comidas, dificultades para enterramientos y ausencia absoluta de asistencia
religiosa con arreglo a sus costumbres”. Al principio se instalaron
en el territorio del Ejército o frente del Sur: Villafranca de los Barros, Almendralejo
y Zafra, en Extremadura y los de Sevilla, Córdoba, Granada,
Jerez de la Frontera, Ronda, Cádiz, Puerto de Santa María y Sanlúcar de
Barrameda en Andalucía. La evolución de la guerra y de sus frentes, obligó
a la sucesiva creación de más hospitales musulmanes en Medina del Campo,
Zaragoza, Griñón, Burgos, Salamanca, Plasencia, Cáceres, Pontevedra
y Santiago de Compostela, entre otros. Acabada la guerra, se crearon otros
hospitales donde fueron reagrupados los que todavía estaban convalecientes
en aquellos que se iban cerrando; quedando un hospital en Avilés y salas
específicas en hospitales de Barcelona y Zaragoza para la zona norte, y el
hospital de Cádiz para la zona sur. “En todos ellos se pusieron cocineros y
ayudantes musulmanes que confeccionaban las comidas con arreglo a sus
costumbres y en los cuales tuvieron un espléndido racionamiento. Además
de este personal se puso en cada uno de los hospitales un imán encargado
de dirigir los rezos y asistir en su última hora a los heridos; un Catib,
encargado de él, de redactar las actas en la Intervención de defunciones y
abintestatos (tan numerosos que obligaron a crear en la Intervención una
Sección para ellos), así como el escribir cartas de los hospitalizados a sus
familias; un Munadif-el-Mauta, para lavado y arreglo de los cadáveres y
su enterramiento; un recadero que periódicamente marchaba a África para
llevar y traer encargos de y para los hospitalizados, y por último, un auxiliar
intérprete, para relación de estos con el personal médico y con la
Revista de Historia Militar, 128 (2020), pp. 263-320. ISSN: 0482-5748
Intervención”43.
Como ya nos hemos referido, durante los primeros ocho meses de
la guerra, el ejército sublevado estaba preocupado por la reagrupación y
el control de los heridos marroquíes, y no dudaba en agasajarlos gracias
42 MESA GUTIÉRREZ, José Luis de: Los Moros de la Guerra Civil Española. Actas Editorial.
Madrid, 2004, pp. 254-255. MADARIAGA, María Rosa de: Los moros que trajo
Franco. Martínez Roca. Barcelona, 2002, pp. 277-286. Coincide en que los hospitales
se les denominaba indistintamente en la documentación como “hospitales musulmanes”
u “hospitales marroquíes”.
43 SÁNCHEZ POL, Juan: Servicio de Intervención marroquíes de España. Memoria 1936-
1939. BNE-Afr.G.F. Cª 401-4, pp. 2-6.