34 JESÚS CANTERA MONTENEGRO
casas en tiempo de paz, pero que en tiempo de guerra se llegó a pagar cinco
casas más para las milicias. Por ello, y para tratar de remediar la situación,
se indicaba que se había proyectado un cuartel en la plazuela “que llaman de
la Caleta”, con lo que se ahorraría el alquiler de las tres casas y, además, al
cabo de entre cuatro a seis años quedaría compensada la inversión23.
El elegir la Caleta para su ubicación parece lógico con la sola contemplación
del plano de la población de Veracruz, puesto que esa zona estaba
situada en su extremo noroeste, que quedaba un poco más despejado de
edificios militares frente al resto de la urbe. Además, al levantarse allí, atendería
a los baluartes de la Concepción y de San Juan y a la Puerta de México.
Quedaba además situado en la zona del paso occidental del estrecho entre
Veracruz y la fortaleza de San Juan de Ulúa, con lo que el proyecto de este
cuartel no se hacía solamente con una intencionalidad de acuartelamiento de
tropas, sino que transcendía esta intención y tenía una función estratégica
muy significativa y perfectamente detectable en el mapa.
El conjunto se proyectó con grandes dimensiones, con una planta
rectangular y dos alturas, pero con una disposición un tanto particular que
hace del cuartel de Veracruz un edificio ciertamente singular e interesante.
Fundamentalmente, se distribuye en torno a un amplio patio de planta
cuadrada con soportales en la planta baja y galerías en la alta, ubicándose
en ese espacio las principales dependencias; hay además otro patio mucho
más pequeño, al que dan otras dependencias que sin duda tendrían poca
ventilación.
Pero antes de ir a este análisis, quedemos en la entrada al cuartel,
puesto que manifiesta un edificio al que sin duda por la propia situación
estratégica de Veracruz, se le dio una estructura defensiva, casi como si de
una fortaleza se tratara. Se situaba el acceso en el lado derecho del plano,
en el que hay que decir que no figuran los puntos cardinales, y ante él se
levantó, tal como dice el plano, un tambor que la cubre con un rastrillo
fuerte parapetado, y es que ante buena parte de esta fachada se adelanta un
parapeto con aspilleras para fusilería; además, la puerta de entrada abierta
en el parapeto no estaba enfrentada con la propia del cuartel, sino que tenía
un requiebro en zigzag, al modo de lo que se hacía en los castillos medievales
y en las fortificaciones abaluartadas del momento, en aras a propiciar una
dificultad en el acceso al edificio en caso de ser asaltado.
23 CORRAL, Miguel del: Las fortificaciones de Veracruz en 1786, prólogo de Leonardo
Pasquel, Veracruz, Editorial Citlatepetl, 1965, pp. 7-8.
Revista de Historia Militar, 128 (2020), pp. 34-70. ISSN: 0482-5748