“Cavalry Memorial Day”. Ofi ciales de caballería británicos desfi lan
en Hyde Park, Londres. La uniformidad para la ocasión es traje
oscuro, corbata regimental,condecoraciones, bombín y paraguas.
Los tratamientos señalados para los miembros
de las Fuerzas Armadas (excelencia y señoría)
se apocopan, ya sea de forma verbal y escrita,
como vuecencia y usía y sus abreviaturas en
documentos escritos serán V. E. y V. S. respectivamente.
En el curso de conversaciones, y en el
fondo de los escritos dirigidos a ellos, también se
pueden introducir las variantes de vuecencia,
vuestra excelencia y excelencia o de usía o vuestra
señoría.
El caso de “señoría”, referido fundamentalmente
a los coroneles y capitanes de navío, así
como a determinados condecorados, tiene su
traducción en un título honorífi co superior que es
el de ilustrísimo. El caso de estos tres tratamientos,
(ilustrísimo, señoría y usía), históricamente estuvieron
diferenciados y seguían este mismo orden de
prelación 12 aunque en la actualidad están correlacionados
al emplearse dentro de esa categoría
a una misma persona. A modo de ejemplos:
- “Preside el acto el ilustrísimo señor D. Juan
Manuel Salom Herrera, coronel jefe de la Guardia
Real”.
- “A la orden de usía mi coronel, solicito permiso
para el inicio y desarrollo de los actos”.
- “Mi respetado coronel, permita que me dirija
a V. S. con el fi n de…”.
En este punto, se puede citar un error que solemos
observar en algunos ámbitos: “El Excelentísimo
va acompañado del Señor y del Don, tratándose
de nombres, y sin el Don, y aun sin el Señor,
refi riéndose a títulos del Reino” 13. Esta norma, que
puede ampliarse también al tratamiento de ilustrísimo,
nos indica que el tratamiento se refi ere a
una persona, no a un cargo. De este modo:
- Correcto:
• El Excmo. Sr. D. Juan Ruiz Casas, almirante
jefe del Cuarto Militar de la Casa de S. M. el
Rey.
• El Ilmo. Sr. D. Juan Manuel Salom Herrera, coronel
jefe de la Guardia Real.
-Incorrecto:
• El Excmo. Sr. jefe del Cuarto Militar de la Casa
de S. M. el Rey, D. Juan Ruiz Casas.
• El Ilmo. Sr. coronel jefe de la Guardia Real, D.
Juan Manuel Salom Herrera.
Por último, hagamos un breve apunte relativo
a los tratamientos a autoridades religiosas, centrándonos
en las de la Iglesia Católica. Es de sobra
conocido que el tratamiento al Papa es de
Santidad (Su Santidad, S. S.) aunque también se
le puede tratar como Beatísimo Padre o el más
común de Santo Padre. Los cardenales reciben
el tratamiento de eminencia reverendísima
(eminentísimo y reverendísimo señor… Emmo. y
Rvdmo.). Por su parte, los arzobispos, obispos y
nuncios de Su Santidad reciben el tratamiento de
excelentísimos y reverendísimos; tal es el caso del
Arzobispo General Castrense de España (Excmo.
y Rvdmo. Sr. D. Juan del Río) a quien de palabra
nos podemos dirigir a él (y también a aquéllos)
con el tratamiento de excelencia e incluso utilizar
la apócope de vuecencia, tanto si nos dirigimos
de palabra como en un escrito. En el caso de los
vicarios reciben el tratamiento de ilustrísimo (en el
SARFAS 13 existe un vicario general, uno en el Órgano
Central del Ministerio de Defensa, uno por
cada Ejército, Guardia Civil y Policía Nacional).
Por último, los párrocos reciben el tratamiento de
reverendo (Rvdo.) y en el cuerpo de una carta o
en el transcurso de una conversación nos podemos
dirigir a ellos con el tratamiento de vuestra
reverencia.
Uso de nuevas tecnologías
Las normas de cortesía social y de buenas maneras
abarcan un amplio elenco de supuestos y
entre ellos sobresale, cada vez más, el empleo
de nuevas tecnologías, especialmente el uso del
teléfono móvil, tanto en las relaciones personales
como en las profesionales. Todos somos cautivos,
en mayor o menor medida, de los dispositivos
portátiles que se sientan a comer con nosotros,
se entrecruzan en las conversaciones con nuestra
familia o, incluso, se apuntan a las reuniones
profesionales… y todo ello ¡sin que nadie les haya
invitado! En este sentido, debemos ser muy cuidadosos
para que estos dispositivos no distraigan
nuestra atención de la actividad social que estemos
realizando.
El depositar el teléfono móvil sobre la mesa
mientras asistimos a un almuerzo o cena, en cualquier
ámbito, puede ser una falta de respeto hacia
nuestros acompañantes; el que suene el tono
Diciembre - 2020 Armas y Cuerpos Nº 145 87