NACIONAL
españolas), Kosovo, Mozambique, Líbano,
Afganistán, Irak y Mali. También han participado
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en misiones de ayuda humanitaria,
como las realizadas con motivo del
huracán Mitch o el terremoto de Haití.
Lanzamientos paracaidistas de personal y
cargas, misiones de repostaje en vuelo o
misiones de apoyo logístico son algunas
de las acciones en las que los Hércules han
participado en estas décadas. Un avión que
para la BRI VI «supuso un gran salto cualitativo
por su capacidad de lanzamiento de
personal y carga, ya que hasta la fecha no
había aeronaves en España que permitieran
lanzamientos mixtos. Como ejemplo
ilustrativo, sirve el lanzamiento del obús
Otto Melara 195/14 o su sustituto, el Light
Gun 105/37, con los sirvientes paracaidistas
detrás de la pieza, en un lanzamiento
de apertura automática», puntualiza el
capitán Mayorgas. Pero no es el único, ya
que se han llegado a lanzar todo tipo de
materiales: vehículos ligeros como la mula
mecánica Falcata, puestos de mando, balsas
Zodiac, minimáquinas, etc.
Seguramente, son cientos de miles los
pasajeros que esta aeronave ha transportado
a lo largo de sus casi cinco décadas
de un servicio a España que ahora
acaba. De igual manera, lo habrá hecho
—y lo sigue haciendo— en otros países,
ya que prácticamente todos los ejércitos
de la OTAN han contado con esta aeronave
en sus diferentes versiones. De hecho,
el Hércules sigue fabricándose: «En la
actualidad va por la versión C-130J, ligeramente
más grande, con mejores motores
e instrumental digital, así como con
mayor capacidad de carga y alcance, en
servicio en la Fuerza Aérea de los Estados
Unidos y algún otro país aliado, como
Francia o Reino Unido», afirma el capitán
Mayorgas.
Ahora, los Hércules quedarán solo en el
recuerdo de todos aquellos que alguna
vez volaron en ellos, a excepción de uno,
que ha sido enviado al Museo del Ejército
del Aire, en Cuatro Vientos (Madrid),
como testigo y recuerdo de una aeronave
excepcional. ¢