NACIONAL
estudiantes de la Universidad de Valladolid,
gracias a un acuerdo con el Rectorado.
Pero, también, las mejoras en las instalaciones
—con habitaciones y baños privados—
o la calidad de su cocina, con
productos caseros confeccionados en el
propio colegio, han hecho de ella una de
las mejores residencias de Valladolid. En
pocos años, tal fue la mejoría de ocupación
alcanzada que el cupo de estudiantes
que proceden de la Universidad de
Valladolid ha ido disminuyendo paulatinamente,
en la misma medida en que
aumentaban los jóvenes de la familia militar,
y se espera que, en breve, todos los
residentes tengan un origen militar. Y es
que existe un elemento especialmente
diferenciador: «Aquí tratamos a los residentes
como familia. En otros lugares
hay normas muy estrictas o, por el contrario,
no hay una preocupación por el joven,
que se siente un poco abandonado
a su suerte. Aquí se les da libertad pero,
también, se les acoge, arropa y acompaña
en una etapa muy importante de su
trayectoria vital. Este es el motivo por el
que los padres apuestan por esta residencia,
sobre todo en los primeros años
de universidad, y por el que cada vez es
más popular entre los militares», mantiene
el coronel Rodríguez. De igual manera,
en el colegio ya no solo se pueden alojar
huérfanos, sino que también, y bajo
la gestión de la Dirección de Asistencia al
Personal, pueden beneficiarse de él los
hijos de militares en vida, lo que ha supuesto
un importante cambio y mejora
para todos los usuarios.
Y es que, si existe un aspecto que realmente
cobra relevancia cuando se habla
del Patronato de Huérfanos, es la parte
humana. Tal y como apunta el coronel
Rodríguez: «Queremos que los niños y
jóvenes se sientan protegidos, aliviar de
alguna manera los sentimientos de inseguridad
que genera la pérdida que han
vivido, ayudarles en todo lo que podamos
y que nos sientan cerca».
A día de hoy, el colegio “Santiago” se ha
convertido en uno de los centros más
prestigiosos de la ciudad, con una gran
popularidad alcanzada, principalmente,
por el boca a boca. Se trata, sin duda, de
algo por lo que sentirse orgullosos. ¢
41