Detención de un terrorista
Los pilares fundamentales en la
derrota de ETA
Desde una situación de dominio terrorista del
escenario, como ocurría en los denominados
años de plomo, hasta la desaparición de la organización
criminal, la derrota de ETA se ha cimentado
en tres grandes columnas. Todas ellas
presididas por la paulatina modifi cación de la
actitud de la sociedad, que pasó de la indiferencia,
el adormecimiento o incluso la justifi cación,
a la repulsa generalizada de la actividad terrorista.
En este sentido deben señalarse las respuestas
ciudadanas a los asesinatos del ex -presidente
del Tribunal Constitucional Francisco Tomás y
Valiente, el 14 febrero de 1996 en Madrid y del
concejal del Partido Popular en Ermua (Vizcaya)
Miguel Ángel Blanco, el 12 de julio de 1997. Estos
asesinatos fueron auténticos catalizadores de
un sentimiento de rechazo que fue aumentando
gradualmente y que permitió una mayor visibilidad
de las asociaciones de víctimas y de los movimientos
sociales de repulsa al terrorismo.
Dentro de los pilares fundamentales sobre los
que se sustentó la derrota terrorista se encuentra
en primer lugar el consenso entre las principales
fuerzas políticas de España, que permitió mejorar
la actuación estatal y dar continuidad a las medidas
adoptadas, de manera que la lucha contra
el terrorismo fuera abordada como una política
de Estado, sin que fuera instrumentalizada
Destacan dos instrumentos: el conocido como
Pacto de Ajuria Enea, en 1988, que supuso la
unión de todas las fuerzas políticas democráticas
del País Vasco; y el Acuerdo por las Libertades y
contra el Terrorismo, conocido como Pacto Antiterrorista,
fi rmado por el Partido Popular y el Partido
Socialista Obrero Español el 8 de diciembre
de 2000, con el objetivo de fomentar la unidad
entre ambas formaciones para combatir más efi -
cazmente este tipo de amenaza.
El segundo pilar fue la cooperación internacional,
donde cobra particular importancia la colaboración
con Francia. Un aspecto de singular valor
si se considera que el país vecino había sido
históricamente el territorio donde se ocultaban
las estructuras directivas de ETA, los comandos
y su logística. Francia fue el lugar donde, en los
primeros años, encontraban refugio los etarras –
el denominado santuario francés-. Sin embargo,
entre los años 1983 y 1984 se produjo un punto
de infl exión. El trabajo conjunto entre los cuerpos
policiales y servicios de inteligencia franceses y
españoles fue incrementándose gradualmente
llegando a establecerse excelentes relaciones.
La posibilidad del trabajo por parte de los servicios
españoles al otro lado de la frontera, junto
a sus homólogos franceses aumentó la capacidad
operativa y la efi cacia del trabajo desarrollado.
Muchos de los mayores golpes asestados a
la estructura de la organización terrorista se han
efectuado en Francia como resultado de ese esfuerzo
conjunto entre cuerpos de ambos países,
cuyo resultado ha sido determinante.
Esto nos lleva al tercer y último pilar que posibilitó
la victoria del Estado de Derecho: la efi cacia
policial y judicial. Las desarticulaciones de sus comandos
operativos y de sus estructuras logísticas,
así como las detenciones de sus dirigentes en
Francia fueron deteriorando progresivamente la
capacidad operativa de la organización criminal
hasta encontrarse ante un callejón sin salida en el
que la disolución era la única opción.
Respecto a la actuación de la Justicia deben
destacarse la creación de la Audiencia Nacional,
110 Armas y Cuerpos Nº 146 ISSN 2445-0359