tiaérea de las comandancias de Ceuta y Melilla.
Al llegar a principios de septiembre me dieron el
mando de mi actual unidad: la sección satélite,
y no tardé en empezar a aprender tanto técnica
como personalmente.
El primer día es el que te das cuenta de que
te queda por aprender una infi nidad de cosas.
Te sientes inicialmente descolocado, pero según
avanza el tiempo y vas aprendiendo, siempre
con el apoyo inestimable de tus subofi ciales y
compañeros de empleo, te das cuentas de que
aunque al principio no lo creías, la Academia te
ha enseñado una gran cantidad de herramientas
muy útiles en el mando de tu sección. La más
importante, sin duda, la capacidad de trabajo y
de sacrifi cio. Durante estos primeros compases
del empleo de teniente es fundamental observar,
leer informes, trastear con tus equipos, salir de
maniobras y hacer pruebas. Son momentos de
gran intensidad y esenciales para llegar al nivel
que se espera de todos nosotros. El espíritu de servicio
que nos identifi ca y une como militares, se
materializa a través de ese granito de arena que
aportamos a la causa a través de nuestro trabajo
bien hecho y nuestro esfuerzo en alcanzar la excelencia
en lo que hacemos. Ésta es la forma de
servir mejor a nuestra Patria.
Abril - 2021 Armas y Cuerpos Nº 146 71