ejercicio Red Flag dosier 495
aunque invirtieron el orden previsto de aterrizaje, cumplieron
con su cometido sin más contratiempo. Todo se
zanjaría con el pago de la preceptiva cerveza por parte
del piloto en cuestión a su tripulación.
Las participaciones en el infierno que suponía el verano
en el desierto de Nevada, serían seguidas por otras
llevadas a cabo en sus suaves inviernos. Pero no siempre
sería así y, a los que habían sufrido el calor extremo en
aquellos meses estivales, quién les iba a decir que llegarían
a ver como se suspendían salidas por fuerte nevada
en el polígono.
Si bien las condiciones ambientales durante el ejercicio
habían mejorado, el tránsito se complicaba. Aparecían
aquellos trajes de frío para hacer frente a los veinte grados
bajo cero en Canadá.
Años más tarde, con la misma filosofía, los Dumbos participarían
en Alaska en el Ejercicio Green Flag. Los que
intervinieron en ellos caerían rendidos ante los paisajes
sobre el que tendrían que desarrollar su trabajo.
Con el tiempo llegarían los aviones modernizados, y
con ellos nuevos sistemas y nuevos procedimientos, aunque
la dinámica general se mantendría intacta.
revista de aeronáutica y astronáutica / junio 2021
Desde la llegada de los primeros Hércules, la experiencia
acumulada por sus tripulaciones se ha traspasado de
unos a otros, convirtiéndose en el activo más importante
de la unidad. El bagaje en este ejercicio, sin duda, ha contribuido
a aumentar dicha experiencia.
Nombres como Cedar Peak, Crystal Springs, Antelope
Lake, Coyote o el rancho Carter habrán quedado gravados
en la memoria de muchos de los participantes, sin
desmerecer otros como el Cesar Palace, Stratosphere y
algún otro que más de uno prefiere olvidar; aunque estos
últimos pertenezcan a otra historia.
Los recuerdos del Red Flag son imposibles de separar
de aquellos relacionados con los que los protagonizaron.
A mi memoria vienen los rostros de compañeros que nos
han dejado. Unos en acto de servicio. Otros por enfermedad.
Su trabajo, sus ganas, el ánimo que infundían en
los momentos en que la presión y la fatiga hacían acto
de presencia, hacen de ellos un referente a imitar. ¡No os
olvidaremos!
El lector habrá comprobado que, de forma intencionada,
no aparecen nombres en el artículo. Y es que ya se
sabe: ¡Lo que pasa en Las Vegas se queda en Las Vegas! n