NACIONAL
rinde. El día 26, ante la presencia en la
playa de los buques de la Marina, se decide
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la evacuación. Mientras inutilizan los
cañones y ametralladoras que se quedarán
allí, el fuego enemigo es intensísimo.
Se reparten las municiones y se dan las
últimas consignas.
Los flancos de la salida de la posición serán
protegidos por las ametralladoras
del “Ceriñola”. En uno de sus límites se
encuentra el cabo Mariano García Martín
con sus soldados, protegiendo el movimiento
de sus compañeros hacia la playa;
los cañoneros apoyan por el fuego, pero
no es suficiente. El combate se torna muy
cercano, pues el enemigo intenta abordar
la piel de todos aquellos que abandonan
la posición, batida por todos lados.
El cabo Mariano García salta para buscar
la posición más propicia para la defensa
del flanco; en ese momento una bala le
atraviesa el vientre, que suma la quemazón
del disparo al calor del mes de julio
en el Rif. Desde 1918, año en el que se incorporó
al Regimiento “Ceriñola”, Mariano
ha dado suficientes muestras de valor
como para adivinar que no va a cejar en
su empeño y que no abandonará el combate
de ninguna de las maneras. Se toca
la barriga y piensa que está herido muy
grave, pero puede seguir disparando
para asegurar ese flanco. Sus soldados
del “Ceriñola” le dicen que lo van a sacar
de allí; en ese momento de sus labios
sale la segunda negativa de Afrau: «De
aquí no me muevo. Continuad vosotros
la marcha, que yo os protegeré mientras
pueda hacer fuego». Sus hombres salen
hacia la playa, donde les esperan las barcas
del Laya, y lo dejan atrás mientras
oyen los disparos de la ametralladora
del cabo García Martín, que los protege.
El cabo los ve marchar y siente cada vez
más dolor en el vientre y en su alma guerrera,
dándoles ánimos a los suyos con la
mirada para que nunca se rindan.
En ese momento otro grupo de soldados,
que van retrasados en su marcha hacia
la evacuación, lo ven y le instan a que se
vaya con ellos: «Ven con nosotros, el enemigo
está demasiado cerca», a lo que Mariano
Un total de 130 hombres,
más de 40 de ellos
heridos, consiguieron
salvar la vida
vuelve a contestar: «De aquí no me
muevo. Continuad vosotros la marcha,
que yo os protegeré mientras pueda hacer
fuego». Y vuela de sus labios la tercera
negativa de Afrau.
Finalmente, los últimos soldados de retaguardia
que apoyan la evacuación llegan
al lugar donde el cabo Mariano García
sigue haciendo fuego. Nuevamente,
le dicen que lo van a sacar de allí. Hacen
el amago de levantarlo, y de sus labios
sale la cuarta negativa de Afrau: «De aquí,
no me muevo. Continuad vosotros la