ENTREVISTA
la expedición sucedieron numerosas vicisitudes,
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entre ellas la muerte de Magallanes,
y fue entonces cuando surgió
la figura de Juan Sebastián Elcano, sin el
cual, seguramente, aquellos hombres no
hubieran conseguido regresar a España,
demostrando que la Tierra es redonda.
La gran lección de aquella época, desde
que Cristóbal Colón descubrió América,
es que no ha habido un esfuerzo mayor
en la historia de España que el esfuerzo
marítimo, el cual, además, supuso un revulsivo
para el talento y la innovación.
Grandes escritores españoles han sido
también militares, desde Jorge Manrique
hasta Miguel Hernández, por ejemplo,
pasando por Garcilaso de la Vega,
Miguel de Cervantes, Lope de Vega, Pedro
Calderón de la Barca, etc. ¿Usted
con cuál se quedaría?
A mí Cervantes me atrae mucho, porque
fue muy joven a la guerra y aquello le costó
la salud, pero es cierto que el Siglo de
Oro está lleno de soldados que fueron
también escritores, como Lope de Vega.
Eran gente brava, orgullosa y con talento,
y no eran peores escritores por ser soldados
ni peores soldados por ser escritores.
De hecho, durante mucho tiempo tuvimos
el ejército más perfecto del mundo,
los Tercios, que estuvieron en todas las
latitudes. Una de las cosas que me hacen
discrepar mucho de mi tiempo es la
confusión que existe entre los deseos y la
realidad. Evidentemente, todos tenemos
ansias de paz, pero eso no nos puede llevar
a pensar que en el mundo va a dejar
de haber guerras. Y si algo nos llena de
orgullo hoy en día a todos los españoles
es el Ejército que tenemos. La historia de
España es en buena medida historia militar,
y eso forma parte de nuestra cultura.
La guerra, ya sea la de Troya o la Segunda
Guerra Mundial, ha inspirado innumerables
obras literarias y también
cinematográficas. ¿Cuáles son sus preferidas?
Por citar una muy reciente, yo destacaría
el libro Línea de fuego, de Arturo Pérez-
Reverte. Es una novela sobre combatientes
de la Guerra Civil que tiene la enorme
virtud de que, cuando has leído 30 páginas,
ya te da igual en qué bando lucha
cada uno, porque estás centrado en su
peripecia vital, estás pegado al terreno,
sintiendo el miedo, el valor, el dolor, la falta
de medios, el humanitarismo… Es una
novela que no te dice quién es bueno y
quién es malo. Todos tienen motivos válidos
para estar donde están, y los valores
que cada uno tiene no dependen del
bando al que pertenece. Pero podríamos
hablar también de películas como Salvar
al soldado Ryan, que plantea la grandiosidad
de ese escenario en el que una generación
se vio abocada a un sacrificio que
hoy nos cuesta mucho entender. También
me encantan los libros de Antony Beevor,
especialmente El Día D, que está basado
en archivos que nadie antes había utilizado,
con los testimonios de quienes sobrevivieron
al desembarco de Normandía. Es
un libro fabuloso, que a mí me impresionó
muchísimo. ¢