ARRUIT, ZELUÁN Y NADOR
64
CAÍDAS DE MONTE
Juan Ignacio Salafranca Álvarez | Coronel de Infantería retirado
MONTE ARRUIT
Se ha hablado en otro artículo de esta
misma revista de la retirada hasta
Monte Arruit, por lo que nos situaremos
con la columna Navarro, ya acogida
a esa posición. Anteriormente,
la guarnición de Monte Arruit era de
una compañía de unos 60 hombres,
reforzada con elementos de artillería,
sin sus piezas, que ya sufrieron penalidades
por la dificultad de hacer
aguada por la presión enemiga y carecer
de víveres.
El 29 de julio se incorpora a la posición
la columna del general Navarro.
A las dificultades que han sufrido en
el camino, primero en el repliegue a
Ben Tieb y Dar Drius, luego a Batel y
Tistutin, y finalmente en ese mismo
día en que la acogida a la posición se
hizo sin orden y bajo el fuego enemigo,
se une la escasez de comida, de
medicinas para los heridos y, sobre
todo, de agua, y empieza el tormento
de la sed, pese a que la primera
aguada consigue hacerse con pocas
bajas, aunque el único pozo útil está
defendido por los harqueños.
El gran número de heridos sufrido a
lo largo de toda la retirada y que han
conseguido acogerse a la posición
desborda con mucho la capacidad
de las instalaciones e incluso el número
de camillas, por lo que a los
sufrimientos de toda la guarnición
se une el estar hacinados en el suelo,
expuestos a la intemperie y al calor
del julio africano, y sin medicinas
para su cura.
Otra de las circunstancias que añade
sufrimientos y representa un
grave riesgo de enfermedades es
la gran cantidad de semovientes
muertos que empiezan a pudrirse.
La retirada de sus restos es una nueva
ocasión en que se sufren bajas,
pues el cerco es ya total y las posiciones
enemigas dominantes, por
lo que cualquier actividad que suponga
moverse fuera del recinto del
fuerte es aprovechada por los harqueños
para hacer un fuego certero
sobre quienes la realizan.
General Navarro