EL EXPEDIENTE PICASSO
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Y LAS COMISIONES DE
RESPONSABILIDADES
Francisco Manuel Balado Insunza | Doctor en Historia Contemporánea (UNED)
EL EXPEDIENTE PICASSO
El 4 de agosto de 1921, ante la alarma
social que estaban causando las
noticias que llegaban desde Marruecos,
el ministro de la Guerra, Luis
de Marichalar y Monreal -vizconde
de Eza-, ordenaba al presidente del
Consejo Supremo de Guerra y Marina,
el general Francisco Aguilera
Egea, que abriera una investigación
para averiguar qué había ocurrido
realmente en el territorio de la Comandancia
General de Melilla.
El general Aguilera encargó la instrucción
judicial sobre lo sucedido
al general de división Juan Picasso
González, miembro del Consejo Supremo
de Guerra y Marina y delegado
militar español en la Comisión
Consultiva Permanente de la Sociedad
de Naciones.
El general Picasso, auxiliado por el
auditor de brigada Juan Martínez
de la Vega y Zegrí y un secretario,
debía recabar toda la información
para conocer lo sucedido y emitir
un informe «de carácter gubernativo
para esclarecer los antecedentes
y circunstancias que concurrieron
en el abandono de posiciones en el
territorio de Melilla atacadas por el
enemigo»1.
Al comenzar su trabajo, el general
Picasso solicitó al alto comisario en
Marruecos, el general Dámaso Berenguer,
información sobre los planes
de operaciones del comandante
Juan Picasso. Nuevo Mundo, 28 de julio de 1922 general de Melilla, el general Manuel