CONOCER A...
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siciones al CIPET, y como premio me lo
dejó», afirma el joven piloto.
De esta ocación guarda un especial recuerdo,
ya que se fueron a un pequeño
circuito, donde empezó a rodar y a ganar
seguridad con el vehículo. Su padre comprobó
que, a pesar de no haberse subido
nunca en un monoplaza, no lo hacía nada
mal, y se plantearon empezar a participar
en diferentes campeonatos. Así, en 2017
se produce su debut profesional y en la
tercera carrera en la que corre consigue
el primer puesto del podio. Esta la recuerda
con gran cariño —aunque todas son
especiales, independientemente del resultado—
por la celebración que tuvo lugar
en la pista: «Recuerdo llegar a la zona
de boxes, donde estaban mi padre y todos
los miembros de mi equipo muy felilos
pilotos ascienden en varias ocasiones
tratando de marcar el mejor tiempo.
Desde muy joven, al teniente Gutiérrez
Siegrist le gustó la subida de montaña.
Sin embargo, su progenitor no quería que
ninguno de sus tres hijos formase parte
de este deporte. «A medida que él competía,
el automovilismo se fue profesionalizando,
por lo que se dio cuenta de que
sería muy complicado que pudiésemos
dedicarnos a él de forma profesional»,
sentencia el teniente. A pesar de ello, esta
situación cambió en el verano de 2016,
cuando por primera vez le dejó montarse
en el último fórmula (coche de carreras)
con el que compitió —un Martini MK12—,
como recompensa por el esfuerzo que
había hecho en sus estudios. «Acabé la
carrera de Ingeniería y aprobé las opo