T R O P A S D E M O N T A Ñ A
fesionales, lo difícil es elegirlos debido al nivel de sus compañeros.
A través de una serie de entrevistas en las que se
trata de buscar a profesionales polivalentes, especialistas
en el puesto que ocuparán, pero en las que se valora también
aspectos personales como la sociabilidad y capacidad de convivencia
en pequeños grupos aislados, se selecciona a la docena
de militares que junto al jefe ocuparán las distintas áreas
de la dotación, transmisiones, logística, asistencia sanitaria,
medioambiente, navegación, instalaciones, motores y cocina.
Una vez que se ha seleccionado al personal de las áreas, comienza
el desafío que supone realizar un intenso programa
de preparación que complemente los conocimientos de la dotación.
La pasada edición, al desafío del programa se unió el
COVID-19, desconocido en aquellos días, pero que ha incidido
desde entonces en todos los aspectos de nuestras vidas, y
como no, la CAET no fue una excepción. La XXXIV campaña,
al igual que el resto del ET, dejo la preparación a un lado y se
centró en la OP.BALMIS, lo que supuso casi un mes de retraso
en el ritmo normal de otras Campañas.
El programa de preparación incluye además de jornadas específicas
de cada una de las áreas, la fase de capacitación antártica,
que permite alcanzar un conocimiento general de la
misión y de todos los protocolos de actuación que se llevan
a cabo en isla Decepción, una fase de vida y movimiento en
montaña y una fase de navegación para que todos los componentes
tengan los conocimientos mínimos imprescindibles
para realizar movimientos terrestres y marítimos en la isla.
Si la preparación de la campaña se puede calificar normalmente
como intensa y demandante, al pasado año se añadió
la incertidumbre del momento de desplegar a causa de la pandemia.
Sin embargo, este aspecto no impidió, que gracias al
esfuerzo personal y al apoyo de las unidades del ET, que la dotación
de la campaña estuviese instruida y adiestrada para
cumplir con éxito los objetivos marcados.
Una vez concluido el programa de preparación del personal,
el siguiente hito de la campaña es la preparación y proyección
de la carga. Solo los que trabajan en logística en las unidades
pueden imaginar lo que es proyectar todo el material
que se va a necesitar durante los dos o tres meses que dura
la fase de apertura de Base. Es todo un desafío logístico, ya
que se lleva todo lo necesario para abrir y mantener una BAE
aislada que permanece cerrada durante el invierno en uno de
los lugares más inhóspitos del mundo.
Este año, la proyección del personal estaba prevista en dos
tandas y se realizó a través de Chile, país elegido como puerta
de entrada a la Antártida, donde se realizó una cuarentena
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estricta de catorce días en una habitación en la ciudad de la
Patagonia Austral de Punta Arenas. Posteriormente y tras
embarcar en el BO “Sarmiento de Gamboa”, se navegó por el
temido Mar de Hoces1 , conocido por los marinos como unos
de los mares más peligrosos del mundo, hasta llegar, tras cuatro
días de travesía a isla Decepción para, por fin, abrir nuestra
Base.
Como ya se ha comentado la BAE se ubica en isla Decepción.
La isla tiene forma de herradura con una angosta entrada, los
Fuelles de Neptuno, llamada así por el sonido que produce
el viento a su paso. Decepción tiene muchas peculiaridades,
pero la principal es que es un volcán activo, las últimas erupciones
datan de 1969, su cráter está sumergido, de ahí que tenga
un gran interés desde el punto de vista científico. Además,
Francisco de Hoces, navegante español, fue en 1526 el primer navegante que transitó por
esas aguas, aunque como en otros casos la cultura anglosajona se ha impuesto y es conocido
como Mar de Drake.