500 aniversario
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Santa Bárbara. 500 años con sus artilleros
Martirio de santa Bárbara de Domenico
Fiasella (1622)
El infante don Alfonso de
Castilla (quien posteriormen-te
se convertiría en Alfonso X
de Castilla) conquistó el 4 de
diciembre de 1248 la ciudad
de Alicante, lo cual celebró
dando el nombre de Santa
Bárbara al castillo de dicha
ciudad. Existe una leyenda
sobre el infante don Alfonso
de Castilla que lo sitúa en la
ciudad de Segovia días des-pués
de haber contraído ma-trimonio
con la infanta doña
Violante de Aragón, según la
cual los jóvenes esposos se
encontraban paseando por
las inmediaciones del alcázar
segoviano cuando se desen-cadenó
una terrible tormenta
eléctrica. Temerosos ambos
esposos, se acogieron al am-paro
de santa Bárbara cuya
protección ocasionó que un
rayo que se encaminaba a
las reales personas desvia-ra
su ruta para caer muy
próximo a ellos sin causarles
daño alguno. Este evento pu-diera
haber incrementado el
interés de Alfonso X por ob-tener
las reliquias de santa
Bárbara, para lo cual envío
embajadores a El Cairo cuya
misión fue la de procurarles
las santas reliquias, misión
que no pudo cumplirse ante
la negativa de los custodios
de dichas reliquias a vender-las
debido al gran aprecio en
que las tenían.
Por otra parte, la Corona
de Aragón fue otra puerta
de entrada de la devoción y
culto a santa Bárbara. En el
siglo XIII la emperatriz Cons-tanza
Augusta de Nicea huyó
de Bizancio para buscar la
protección del rey Jaime I
de Aragón, al cual le unían
lazos familiares. Constanza
Augusta, enferma de lepra,
llegó a Valencia y cedió al rey
Santa Bárbara estaba en
España antes de que se
conociera la pólvora y
antes de que ésta fuera de
aplicación para la guerra.
de Aragón los derechos que
aún conservaba sobre la isla
de Sicilia, dedicándose des-de
entonces a la veneración
de santa Bárbara a la cual
se encomienda. Tras su cu-ración
milagrosa por inter-cesión
de santa Bárbara la
emperatriz ordenó erigir una
capilla a la santa en la igle-sia
de San Juan del Hospital,
manifestando su voluntad de
ser enterrada en la misma.
La Corona de Aragón tam-bién
llevó a cabo una activa
política de adquisición de
reliquias entre durante los
siglos XIV y XV. Se descono-cen
cuáles eran los motivos
concretos del interés por la