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maniobra de estas, sino que probablemente,
debamos dedicar un mayor esfuerzo a apren-der
cómo preparar el campo de batalla para
que las unidades de combate puedan pisarlo
y combatir; aprender a gestionar con eficacia
los efectos letales y no letales para influir en
todos los dominios del combate y facilitar el
acceso al campo de batalla.
DOMINIO COGNITIVO
Los artilleros, como componentes esen-ciales
de la futura función táctica fuegos que
aglutine a todas las actividades artilleras, de-beremos
aumentar nuestra especialización
en la coordinación, integración y sincroni-zación,
no solo de los efectos físicos, sino de
los efectos generados por las operaciones del
ciberespacio, de la guerra electrónica, de las
operaciones espaciales y de aquellas opera-ciones
de información centradas en el domi-nio
cognitivo; ya lo predijo en su día el ge-neral,
estratega y filósofo de la antigua china
Sun Tzu: «las guerras se ganan a través de
la inteligencia, la información y la astucia»;
atacando el centro de gravedad del enemigo y
sometiéndole sin luchar; y esto, mis futuros
cuadros de mando, se consigue con la supe-rioridad
cognitiva.
Para ello, debemos ser capaces de gestio-nar
más rápido que el adversario enormes
cantidades de información, de integrarla en
la tecnología de última generación de nues-tro
sistema de fuegos en red (la computación
en la nube, la robótica, la inteligencia artifi-cial
o la realidad virtual o aumentada) y de
difundirla más rápido que el adversario para
entrar en su ciclo de decisión e influir en la
realidad que este percibe. Porque el dominio
cognitivo equivale a una guerra persistente y
sin restricciones en una zona gris; ese espacio
de conflicto que, sin llegar al enfrentamien-to
abierto, está dominado por acciones que
crean un relato con informaciones sesgadas
Primera lección del curso 2021 - 2022
o incluso con desinformación, que socavan el
principio de buena fe que ha de regir entre los
actores internacionales.
Todo esto quiere decir, que para el artille-ro
la dimensión cognitiva en el futuro tendrá,
al menos, tres implicaciones: la operativa,
pues como principales asesores en el campo
de los efectos deberemos conocer su verda-dera
dimensión; la humana, porque como lí-deres,
deberemos saber diferenciar hechos de
opiniones, verdades de falsedades y hechos
demostrados de conjeturas; y la académica,
porque exigirá que los profesores reevalue-mos
nuestro sistema educativo y mejoremos
nuestra capacidad para discernir entre el co-nocimiento
verdadero y el falso.
Las organizaciones que enfaticen y refuer-cen
la disciplina, los valores y la ética, es-tarán
mejor preparadas para hacer frente a
entornos estratégicos competitivos, comple-jos
e inciertos. Es por ello que los artilleros
no debemos tener nunca temor al futuro,
solo respeto, porque nuestra Arma seguirá
teniendo un valor estratégico y sus princi-pios
continuarán asentados en sus valores
y virtudes.
FINALIZACIÓN
Mis futuros tenientes y sargentos del
Arma de Artillería, este concepto de forma-ción
será el que verán reflejado en nuestros
profesores, en su empeño por fomentar los
valores y promover en ustedes los principios
éticos y las reglas de comportamiento mili-tar
para que fundamenten su ejercicio pro-fesional
en el más exacto cumplimiento de
los preceptos contenidos en nuestras Reales
Ordenanzas.
Sin embargo, no piensen que su forma-ción
finalizará aquí. Su mentalidad forma-tiva
deberá ser continua a lo largo de toda