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MEMORIAL CABALLERIA 80

Doctrina, Táctica y Operaciones Desde dentro de la Caballería se especula con esa posibilidad, muchos creen que el futuro del arma está en el Arma Acorazada, pero eso implica su desaparición. Esto es un contrasentido. ¿Qué futuro tiene si desaparece? ¿O es que estamos pensando más en el futuro profesional de las personas que en el futuro del arma? Por otro lado, ¿qué sentido tiene crear un arma haciendo desaparecer otra con siglos de existencia? ¿No es más fácil ajustar las misiones que deben desempeñar las armas? LA PÉRDIDA DE FUNCIONES Al comienzo de la mecanización, los carros de combate se emplearon como cañones autopropulsados o para acompañamiento de la infantería. Posteriormente, el desarrollo del empleo táctico del carro llevaba a actuar a las unidades de carros como la Caballería, pero esta no lo vio, y los carros se quedaron junto con las unidades que combatían a pie. La Caballería no supo, o no quiso, ver el final de la era del caballo y retrasó la transformación tanto que se crearon unidades de carros de infantería y estos pasaron a ser algo inherente a un arma que combate a pie. Con el nacimiento y el desarrollo de la infantería acorazada y mecanizada, nuestro arma perdió misiones propias de su origen y naturaleza y quedó relegada al «reconocimiento y seguridad», algo no sólo aceptado, sino también impulsado desde ella misma, perdiendo el foco sobre lo que siempre había sido la esencia del Arma, que es la maniobra a caballo, la maniobra montada. Convendría enfrentarse al problema con valentía y aclarar lo que debe constituir la Caballería. Las Armas nacieron como consecuencia de la necesidad de cumplir misiones, y dentro de aquéllas se formaron unidades de distintos tipos para cubrir los distintos procedimientos para cumplir la misión. Hay que volver a los orígenes y contemplar a la Caballería como un conjunto de unidades que desarrollan la maniobra montada, toda la maniobra montada. Se debe encontrar y definir la diferencia entre la maniobra montada y la maniobra a pie, para posteriormente revisar la doctrina, la organización de las unidades, instrucción y adiestramiento, empleo en operaciones, etc. Como consecuencia directa de esto, se deberían poner bajo los estandartes de caballería a todas las unidades de maniobra montada. Esto traería, evidentemente, un cambio profundo, incluso dramático, en la organización de las armas de maniobra, pero también una coherencia que las centraría en sus funciones principales, la maniobra montada y la maniobra a pie. La Caballería se ha dejado llevar por la corriente que la relega al «arma del reconocimiento y la seguridad». También es el arma de las acciones resolutivas, de los amplios movimientos, la reserva, etc., en resumen: la maniobra montada. Al igual que antaño existían unidades de caballería que se dedicaban a distintas modalidades de la maniobra montada, deberían existir ahora sus equivalentes. Unidades de reconocimiento lige 48 Memorial de Caballería, n.º 80 - Diciembre 2015


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