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MEMORIAL INFANTERIA 66

MISCELÁNEA merecido tan distinguidos servicios, conformándose con lo que sobre el particular le ha propuesto el Consejo Supremo de la Guerra, a consecuencia de lo manifesta-do por la Junta de Clasificación, creada en Sevilla a este efecto, ha tenido a bien resolver: 1.ª Que a todos los individuos militares cuya relación no-minal dirigió la misma Junta, se les expida por el Consejo las correspondientes Reales Cédulas de Caballeros de la Real y Militar Orden de San Fernando del mismo modo que los propone, y el escudo de distinción acordado en el Real Decreto de 14 de diciembre último. ... 6.ª y último. Que todos los individuos que tengan la honra de llevar la referida cruz, juren ante la autoridad que se la coloque que no han pertenecido ni pertenecen a ningu-na secta o sociedad de masones, comuneros o cualquier otra; constituyéndose después de hecho el juramento en la responsabilidad más estrecha, si en algún tiempo se descubriese, para sufrir el castigo de perjuro con el seña-lado en las Reales Ordenanzas. 130 *** Nació en 1795 en Guadalajara e ingresó en el mes de marzo de 1810 como soldado distinguido en el Batallón de Tiradores de Cádiz. Combatió a los franceses en la Guerra de la Indepen-dencia, luchando en 1811 en la provincia de Cádiz en la acción de Medina Sidonia, en la batalla de Chiclana y en diversas acciones sobre Alcalá de los Gazules, siendo he-cho prisionero en la última de ellas y trasladado a Sevilla, de donde se fugó; seguidamente se halló en la batalla de Cuenca y en la acción de Puzol (Valencia), volviendo a ser hecho prisionero y conducido a Francia, consiguien-do fugarse pero volviendo a ser aprehendido y encerra-do en el castillo de Montpellier, donde permaneció hasta la finalización de la guerra. Tras regresar a España, en 1815 fue destinado al Batallón de Lorena, del que en 1818 pasó al Regimiento de León, en el que en ese mismo año fue promovido a subte-niente y seguidamente destinado a Ultramar, pasando a formar parte de las fuerzas expedicionarias. A la espe-ra de embarque, fue nombrado ayudante del Depósito de Oficiales establecido en Vejer de la Frontera (Cádiz), pasando a la extinción de éste al Batallón Depósito de Infantería, en el que soportó la epidemia de peste amari-lla que se propagó en 1819 en la Isla de León, siendo el único oficial que permaneció de servicio en el Cuerpo sin darse de baja. Al producirse en enero de 1820 el levantamiento de Las Cabezas de San Juan no quiso sumarse a él, huyendo a Cádiz, en cuya defensa intervino ante los ataques del co-ronel Quiroga. Al organizarse en Cádiz el juramento de la Constitución el 10 de marzo siguiente, fue el primero en pronunciarse en contra, siguiéndole el resto del recién formado Bata-llón de la Lealtad y los demás Cuerpos que componían la guarnición, siendo a continuación comisionado por el general Álvarez Campana para trasladarse a Madrid con el fin de informar al Rey de la postura de dichas fuer-zas, arrostrando grandes peligros a lo largo del camino y siendo hecho prisionero a su llegada y encerrado en el Arsenal de la Carraca (Cádiz) y posteriormente en el castillo de San Sebastián, del que trató de fugarse para unirse a la Regencia de Urgel, pero, descubiertos sus pro-pósitos, fue devuelto a la Carraca, de donde salió tras la derrota de las tropas liberales por el Ejército de Angu-lema, después de padecer más de tres años de privación de libertad. Ascendido a teniente en 1824, se le concedió destino al 3.er Regimiento de la Guardia Real de Infantería, en la que causó baja en diciembre de 1828 por pasar a la clase de ilimitados en Santiago de Compostela. Al estallar la primera guerra civil se unió a las tropas de don Carlos, adhiriéndose en 1839 al Convenio de Verga-ra. Posteriormente desempeñó el cargo de oficial de la Secretaría de Estado y del Despacho de la Guerra. En julio de 1858, cuando se encontraba en situación de oficial 1.º jubilado del Ministerio de la Guerra, la Reina le dio las gracias por haber cedido la pensión de 1.500 reales anuales aneja a su pertenencia a la Real y Militar Orden de San Hermenegildo. ARAGÓN, Francisco de. Teniente del Regimiento de Infantería de Numancia. Cruz de 2.ª clase, Laureada. Real cédula de 5 de septiembre de 1830 (AGM, SF, legajo 1760; AGM, Libro índice de Caballeros de San Fernando). Guerra de Independencia de Hispanoamérica. Defensa de la plaza de San Fernando de Apure (Venezuela), del 6 de febrero al 7 de marzo de 1818. La guarnición de la plaza de San Fernando de Apure, compuesta por 650 hombres al mando del capitán Que-ro, fue atacada en este día por insurgentes al mando de Simón Bolívar, al que se le había unido la partida del ca-becilla José Páez. Sitiada por mar y tierra, embestida por todas partes con el fuego más horroroso y heridos algunos oficiales y sol-dados, el capitán Quero, que había recibido dos balazos, recorría las posiciones defensivas animando a su gente. Ni las ofertas de premios revolucionarios, ni las amena-zas de inventar los castigos más crueles si no se entre-gaban, hicieron titubear un momento a estos guerreros, que se decidieron a quedar muertos en el campo del ho-nor antes que faltar a la fidelidad debida a su Soberano, y sucumbir al yugo de la rebelión.


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