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MEMORIAL INFANTERIA 66

“DE LA CULTURILLA A LA CULTURA” RAMÓN MELÉNDEZ-VALDÉS NAVAS TENIENTE CORONEL 141 DERELICTION OF DUTY JOHNSON, MCNAMARA, THE JOINT CHIE-FS OF STAFF AND THE LIES THAT LED TO VIETNAM H.R.McMaster E-book Kindle, 2011 (Harper Collins, Nueva York, 1997) Editado por primera vez en 1997, se basa en la te-sis doctoral que el hoy general de división McMaster pudo escribir investigando la documentación recién desclasificada sobre la Guerra de Vietnam. No se trata de una obra amena, sus 334 páginas en la edición de papel (acompañadas por 84 de notas y bibliografía) tienen como finalidad proporcionar argumentos in-equívocos para demostrar su tesis general que resu-me el subtitulo. Conocer las consecuencias posterio-res nos permite valorar la verdadera trascendencia de los hechos que, página a página, se van amontonando como en un sumario. Se podría tomar como guión para un documental con galardón asegurado, y el re-sultado sería una película que muchos considerarían subversiva, pero que en realidad constituiría una de-fensa de la aplicación del sistema sin engaños y de sus valores inherentes. Es un estudio, pero no una historia, pues finaliza antes de los años aparentemente decisivos. Es también, en mi opinión, un libro sobre la dirección de la guerra, muy BIBLIOGRAFÍA diferente a los de Fuller o Strawchan, más moderno, más instructivo, ya que las circunstancias que rodea-ron a Vietnam son rabiosamente modernas: aunque se encuentren antecedentes desde la Edad Antigua, no podemos conocerlos con la precisión y detalle que McMaster rastreó y extrajo de los modernos archivos. ¿Recomendable? Depende de lo que cada uno busque. Desde luego, lectura obligada para aquellos, civiles o mi-litares, que puedan ostentar cargos de alta dirección re-lacionados con la defensa, pero también para cualquiera con interés en profundizar sobre la Guerra en general. No esperen la emoción de las batallas, pero si mantie-nen claro el contexto durante la lectura, hay cientos de párrafos apasionantes que parecen repetirse una y otra vez, no porque se trate de una narración “circular”, sino porque unas mentiras o errores conducen a otros simi-lares de gravedad creciente. En Estados Unidos se destacó la dureza de sus críti-cas a la cúpula militar (incluso se ha escrito que el te-niente general Ronald Fogelman, equivalente al JEMA, dimitió tras su lectura en 1997), pero la culpa más grave recae sobre la dirección política, tan incapaz de señalar los objetivos político-estratégicos como rápida en despreciar la experiencia de los militares y articular un sistema de decisión que en la práctica les anulase. El Secretario de Defensa, centrado en cuestiones tácticas incluso en 1965, tras examinar la situación sobre el terreno “reiteraba las recomen-daciones que el presidente ya había decido apoyar”. Todo ello llevaría a involucrarse gradualmente en una guerra sin dirección, previo engaño al Congreso y al pueblo norteamericano, ya con el silencio culpable de los jefes militares. Cuando al fin se solicitaron las fuerzas necesarias, tras la ofensiva del Tet, la nación carecía de voluntad de lucha y ya no estaba en la mano del Presidente. Todo es un crescendo que finaliza en una recapitulación final demoledora, donde se resumen las responsabilida-des que se han ido desgranando: “La Guerra de Vietnam no se perdió en el campo, ni en las primeras páginas del New York Times o en los campus de los colegios. Se per-dió en Washington, D.C., incluso antes de que los esta-dounidenses asumieran la responsabilidad de la lucha en 1965 y antes de que se diesen cuenta de que estaban en guerra; incluso antes de que las primeras unidades


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