Page 251

REVISTA DE HISTORIA MILITAR EXTRA PROTECTORADO

258 JUAN IGNACIO SALAFRANCA ÁLVAREZ que aumentan a partir del triunfo en unas elecciones en febrero de 1936 de una coalición de partidos de izquierda denominada Frente Popular, que no espera ni a la declaración de resultados para imponer un sistema revolucio-nario. El clima social sigue deteriorándose exponencialmente culminando con el asesinato, a manos de miembros de las fuerzas de orden público, del líder de la oposición conservadora, Don José Calvo Sotelo, el 13 de julio de 1936, tras haber sido amenazado en plenas Cortes. Este es el detonante para la puesta en marcha de un movimiento que, encabezado por el general Don Emilio Mola Vidal (uno de los primeros oficiales de las Fuerzas Regulares Indígenas), venía organizándose ante el cariz que tomaba la convivencia entre los españoles. La actuación de las unidades indígenas, tanto de las Fuerzas Regulares, como de las mehalas, al servicio del Majzén, y consecuentemente la de los oficiales moros, va a ser destacadísima en el principio del alzamiento, que comienza en Marruecos, como a lo largo de toda la campaña. Al comenzar la guerra había, según el Anuario Militar de 1936, 49 oficiales moros de 1.ª de Infantería y 10 de Caballería y 16 oficiales moros de 2.ª de Infantería y siete de Caballería, además de cinco fokaha, inclu-yendo los disponibles y los en situación de reemplazo por enfermo. Por otra parte, en el Cuerpo de Inválidos Militares figuran 25, alguno de los cuales participa en la campaña, incluso en algún caso en unidades com-batientes, llegando uno a morir en combate. A estos deben añadirse, pese a su dependencia del jalifa, los de las unidades dependientes del Majzén, pues puesto el jalifa de parte del bando nacional participaron muy activa-mente en la campaña. Aunque el Anuario Militar de 1936 no los recoge, su número sería muy similar al de 1934, es decir, 2 caídes raha, 28 caídes de tabor y 74 de mía. En los primeros momentos, la actuación de estas fuerzas es decisiva, permitiendo junto con la Legión controlar la totalidad del Protectorado de Marruecos y las plazas de soberanía españolas. Ya se ha señalado que la práctica totalidad de los oficiales moros se une al movimiento, reincorporándose incluso algunos oficiales que, por diversos motivos, se hallaban en situaciones ajenas al servicio activo. Esta total ad-hesión hace que el Gobierno del Frente Popular publique el 11 de febrero de 1937 la baja de todos los componentes de las Fuerzas Regulares Indígenas, no pudiendo aplicarse esta medida a los de las mehalas, que no dependían del Gobierno de la República. Establecido el orden en el Protectorado y plazas, las fuerzas indígenas eran necesarias para consolidar la entonces precaria situación del territorio peninsular en poder del que desde entonces se llamó bando nacional y tratar


REVISTA DE HISTORIA MILITAR EXTRA PROTECTORADO
To see the actual publication please follow the link above