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REVISTA DE HISTORIA MILITAR EXTRA PROTECTORADO

42 LUIS URTEAGA GONZÁLEZ mía: la Sección de Ceuta y la de Melilla. Ambas secciones quedaron bajo el mando del coronel de Estado Mayor Servando Marenco y Gualter, que había ostentado la jefatura de la Comisión de Estado Mayor en Marruecos entre 1890 y 1896. Desde 1906 Servando Marenco era agregado militar de la legación de España en Tánger, y se había convertido en un experto en la política marroquí. La Sección de Ceuta quedó integrada por el comandante Máximo Aza Álvarez (sustituido en 1911 por el comandante Manuel San-juán Bello) y el capitán Fernando Moreno Calderón; la de Melilla pasó a estar formada por el comandante José Molina Cádiz y el capitán José María Baigorri Aguado. Tras la ocupación de Larache y Alcazarquivir, y a petición del teniente coronel Manuel Fernández Silvestre, se creó en septiembre de 1911 una sección topográfica destinada en Larache, que quedó bajo el man-do del capitán Manuel Laguillo Bonilla. La actividad de estas secciones to-pográficas estaba propiamente en sus comienzos cuando se produjo la firma del convenio que consumaba el reparto del territorio de Marruecos entre dos Protectorados liderados respectivamente por Francia y España. EPÍLOGO A lo largo de tres décadas de trabajo sobre el terreno la Comisión topo-gráfica de Marruecos había conseguido cartografiar aproximadamente una cuarta parte del territorio sobre el que se estableció la administración del Protectorado español. En la zona oriental se contaba con un mapa topográ-fico formado a escala 1:20.000 (y editado a escala 1:50.000) que cubría el área inmediata a Melilla, desde el río Kert hasta el Muluya, con una superfi-cie representada próxima a los 1.000 kilómetros cuadrados. En la zona occi-dental se disponía de mapas topográficos a escala 1:100.000, con represen-tación del relieve mediante curvas de nivel, con una cobertura ligeramente superior a los 4.000 kilómetros cuadrados. Los futuros administradores del territorio pudieron contar además con los planos de las ciudades de Arcila, Larache, Alcazarquivir y Tetuán, que quedaron dentro de la zona española. El valor de esta documentación cartográfica es difícil de exagerar. Los mapas formados por los cartógrafos de la Comisión de Marruecos antes de 1912 fueron, durante bastantes años, la mejor cartografía disponible. Ahora bien, estos elementos cartográficos presentaban dos lagunas que es preciso mencionar: los levantamientos topográficos no habían podido apoyarse en una red geodésica, ni tampoco –excepto para algunos pocos puntos de la costa– en una constelación de puntos fijados por métodos astronómicos; en consecuencia, iba a resultar en extremo difícil ensamblar sin deformación


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