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AEROPLANO 28

Monoplano Blériot Type XI Probable apariencia del Blériot XI de Jan Olieslagers en Sevilla, durante la Semana de Aviación de 1910. Ilustración: J. A. Guerrero. La historia de este monoplano de ala de implantación media está dominada por la primera travesía del Canal de la en la Plaza de San Francisco —sede del Ayuntamiento— eran desde muy temprano de color blanco, indicando a los posibles asistentes que se dudaba de poder realizar ningún vuelo. Se esperó a que la tarde avanzara y el viento se calmara, mientras el numeroso público congregado en las tribunas se defendía a duras penas del frío y el viento. Entre ellos se encontraban el gobernador y el alcalde, recién llegado de Madrid. La tarde pasó para los cuatro aviadores haciendo continuas observaciones del viento —que soplaba, frío, del Sur— y con los aviones preparados para volar, «desesosos vivamente de lanzarse al aire», pero visto que la situación no mejoraba, decidieron izar la bandera azul que señalaba el aplazamiento de las pruebas. Cuando la mayoría del público se había retirado ya de Tablada, «inicióse repentinamente una gran calma en la atmósfera », momento que aprovechó Olieslagers para sacar del cobertizo —se ha - bían instalado sendos hangares portátiles— su avión, marcado en el timón y el fuselaje con el número 1— y realizar un corto vuelo de cinco minutos a sesenta metros (eso dice la prensa de la época, sin citar cómo se medía con tanta exactitud la altura del vuelo) y aterrizando sin incidentes detrás de las tribunas, aun a pesar de que, durante el vuelo, una racha de viento sacudió repentinamente el aparato. Mr. Olieslagers dejó además asombrado al público con su destreza y atrevimiento: para retornar el avión al cobertizo, arrancó el mismo el motor, «saltó al sillín» mientras el aparato se movía solo y lo llevó con toda pericia hasta el hangar. La prensa lamentaría luego que el público no pudiera admirar la proeza del aviador belga y avisó tanto del cambio de hora de comienzo de los vuelos del día siguiente —retrasada desde las tres y media anunciadas a las cuatro de la tarde «por haberse notado que amaina el viento hacia la hora de la puesta del sol»— y de que organizadores deploraban la inseguridad meteorológica, anunciando que para mayor seguridad no se izaría la bandera de la Plaza de San Francisco hasta las tres de la tarde y que los billetes del día 2 valdrían para el siguiente, una medida que ya advertían se aplicaría «siempre para el día siguiente en caso de suspensión». Eso si, tampoco 42 Mancha, realizada por su constructor, Louis Blériot, el 23 de julio de 1909 entre Pas-de-Calais, cerca de Calais (Francia) y la pradera cercana al castillo de Douvres (Inglaterra), hazaña que le dio fama mundial y le convirtió en un éxito de ventas. El aparato original se conserva en el Conservatoire des Arts et Métiers de París. El avión, un monoplano de ala media y mandos de torsión, voló por vez primera el 23 de enero de 1909 propulsado por un radial REP de 30 hp que accionaba una bastante ineficaz hélice cuatripala. En abril, el motor fue sustituido por un Anzani 3 de 22-25 hp y equipado con una hélice bipala Chauvière, eliminando la deriva dorsal primitiva y aumentando el tamaño del timón de dirección, cambiando la función de los “elevones” de la superficies de cola para que actuasen sólo como mandos de altura. Se fabricaron muchos ejemplares para usos civiles y militares y uno de ellos fue el utilizado por el capitán italiano Piazza para realizar una misión de reconocimiento sobre las tropas turcas de Azizia, el 22 de octubre de 1911; otro ejemplar efectuaría el primer lanzamiento de bombas desde un aeroplano el 1 de noviembre de 1911. Ese mismo año, Roland Garros utilizó un Blériot XI para establecer una marca de altitud al ascender a más de 4.000 m. Aunque a lo largo de la Gran Guerra, los Blériot resultarían eclipsados por tipos posteriores más avanzados, durante los primeros meses del conflicto demostraron las aptitudes militares de los más pesados que el aire. El Royal Flying Corps británico dispuso de cinco escuadrillas de Blériot XI y recibió más de un centenar de ejemplares en total, que serían modificados de varias formas, algunos de ellos como biplazas, y todos equipados con motores rotativos Gnôme de mayor potencia, entre 60 y 80 hp, pudiendo alcanzar así velocidades de más de 100 km/h. Cuatro ejemplares del Bleriot XI, de los que ignoramos las motorizaciones y cualquier otro detalle técnico, fueron utilizados para celebrar el certamen «Copa de Sevilla». Al parecer fueron adquiridos por los organizadores del Certamen, pero, de momento, no hemos encontrado rastro de su posterior destino. CARACTERÍSTICAS TÉCNICAS Tipo: Monoplano de estructura mixta y revestimiento textil. Planta motriz: Un motor Anzani de 3 cilindros en abanico y 25 cv o un REP en estrella de 30 cv. Dimensiones: Envergadura 8,53 m; longitud 7,8 m; superficie alar 23 m2. Pesos: En vacío 350 kg. Actuaciones: Velocidad máxima 125 km/h; autonomía 2h 45 min. El avión de Barrier, “clavado de morro” tras romper un ala y una rueda. Aunque se intentó repararlo, los escasos vuelos que realizó después del accidente los hizo utilizando el Blériot de otro de sus competidores. Todo un gesto deportivo de los participantes y la organización. Foto: Archivo J.A. Guerrero.


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