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MEMORIAL ARTILLERIA DIC 2013

Historia 90 MEMORIAL ARTILLERíA, nº 169/2 - Diciembre de 2013 de LA INDUSTRIA DE LA ARTILLERÍA EN SEVILLA 1o se tienen noticias fi de-dignas sobre el comienzo de la industria de la artillería en 6evilla. (istía una anti-gua tradición de fundidores cuya actividad tomó auge en el siglo XIV, eperimentando gran puMana a fi nales del XV por la creciente demanda de cañones para la defensa de nuestros barcos y puer-tos del Nuevo Mundo. En las actas del Ensayo de un Diccionario de Artífi-ces, de Gestoso y Pérez, se mencionan talleres de forja en 1522 y se cita a Lucas de Brujas, fundidor de tiros de artillería para señores como el Duque de Medina Sidonia1. Probablemente fue en 1526, durante la estancia del em-perador Carlos I en la capital para contraer matrimonio con su prima Isabel de Portugal, cuando la Casa de Contrata-ci yn le epuso la conveniencia de instalar una fundición para dotar con cañones a los navíos de la Carrera de Indias. Creada como Fundición de Bronces, atravesó cuatro etapas a lo largo de su dila-tada eistencia de casi cin-co siglos, diferenciadas por su dependencia, dirección y consideración de los fun-didores; en función de los distintos tipos de industria, según la intervención estatal y el grado de implicación de la Artillería. (1) Ensayo de un diccionario de artífi ces que fl orecieron en Sevilla desde el siglo XIII al XVIII. 60. Gestoso y Pérez. (Vol. III) (Reimp. Ed. Sevilla, La Andalucía Moder-na, 1899-1908). ...Por eso, la Artillería, siendo el “arte de cons-truir, conservar y usar todas las armas, máqui-nas y municiones de gue-rra” nació como el primer Cuerpo de Ingeniería del Ejército... PRIMERA ETAPA. “FUNDICIÓN DE BRONCES” (1540-1634) En 1540 se comenzó a fun-dir artillería para el rey en unos modestos talleres particulares de Juan Morel Ribera, dedica-dos a la fabricación de campa-nas para las iglesias. Entonces la artillería empezaba a ser el elemento militar defensivo y disuasorio más importante, pero tenía un inconveniente: la arbitrariedad y fantasía de los fundidores o de los magnates que la encargaban, creando piezas únicas que precisaban su propia munición. Se fabricaban más de un centenar de modelos, de tres géneros: culebrinas, cañones y pedreros. Como dice Salas, “una confusión”2. Tal variedad motivó las reformas de Car-los I, promulgando la primera 2rdenana de Artillería, redu-ciéndolas a seis tipos de caño-nes, culebrinas y morteros3. En 1565 el fundidor Juan Morel “el Viejo” amplió su industria en el barrio de San Bernardo, y constru-yó dos hornos donde fundía campanas y artillería para las plazas y ejércitos de “Su Majestad”4. Convertida España en una gran potencia con responsa- (2) Memorial Histórico de la Artillería Espa-ñola. Capitán Ramón de Salas, 1831. (3) Primera Ordenanza de Artillería, 1540. Cañones de a 40 libras, medios caño-nes de a 24, culebrinas largas y cortas de a 12 y medianas de a 6, el sacre de a 6,5 y algunos morteros. (4) Juan Morel “el Viejo”, en 1565 recibió a censo perpetuo y mediante una renta de 132 reales y 12 maravedís tres solares que poseían don Lázaro Martínez de Co-zar y su mujer doña María de Guzmán, en el barrio de San Bernardo, extramu-ros de la ciudad.


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