EL PERÚ Y LA GUERRA CONTRA LA CONVECCIÓN (1793-1795) 183 logró con creces48. El virrey podía así informar con gran satisfacción al se-cretario de Estado de Hacienda, Diego de Gardoqui, de que: “Todos los gastos extraordinarios que he añadido a los ordina-rios de la paz se reducen a las gratificaciones de los oficiales coman-dantes y sus ayudantes, al prest de noventa milicianos puestos a suel-do; al de diez oficiales subalternos, diez sargentos primeros, treinta cabos y diez tambores creados para instrucción de las milicias, a los que causé la formación de un tren de campaña para dos mil hombres, a la mantención de vigías en los parajes poblados de la costa, y a al-gunos otros reparos, determinados para esta capital, cuya ejecución todavía demoraré a ver si las circunstancias los dispensan. De modo que según la generosidad con que estos vasallos han empezado a con-tribuir para sostener las atenciones de la guerra, es muy posible que continuando con igual vigilante y prudente economía en sus eroga-ciones ordinarias basten los donativos para sostenerlas”49. 48 AGI, Lima, 711. Despacho no 320 de Francisco Gil y Lemos a Diego de Gardoqui, Lima, 27 de noviembre de 1795. El saneamiento del Real Erario y el aumento de las remesas a la me-trópoli fue una de las prioridades del virrey Gil y Lemos durante su mandato en Lima (1790- 1796). En este despacho al ministro de Hacienda, señalaría, hacia el final de su gobierno, que “desde que tomé a mi cargo el mando de este reino fue una de mis principales atenciones exa-minar el verdadero producto de todas las rentas del rey y sus gastos, a fin de proporcionar a S.M. las posibles anuales remesas de caudal, que no habían podido efectuarse en los tiempos anteriores, y sin embargo de haber conocido que balanceados dichos productos con los más precisos gastos, apenas queda un sobrante de medio millón remisible, tengo la satisfacción de haber enviado a esa Península desde el año de 1790 hasta el presente 6.538.882 pesos 4 reales como lo advertirá V.E. por la puntual demostración adjunta”. Desglosadas por año, las remisiones fueron las siguientes: 1790 219.134 pesos 6 1/2 reales 1791 696.674 pesos 1/2 reales 1792 1.839.479 pesos 4 1/2 reales 1793 55.315 pesos 6 1/2 reales 1794 1.728.278 pesos 2 reales 1795 2.000.000 pesos Las cifras para 1793 son particularmente bajas debido a las restricciones al envío de caudales por vía marítima que, según hemos visto, el virrey impuso por precaución ante posibles ata-ques por parte de corsarios franceses. 49 AGI, Lima, 706. Despacho no 123 de Francisco Gil y Lemos a Diego de Gardoqui. En este mismo despacho el virrey informaba al ministro de Hacienda: “He formado entre los planes posibles, el menos dispendiosos para el Real Erario, el menos gravoso para el pueblo, el más asequible para le ejecución y el más seguro para frustrar toda empresa forastera ... sin em-bargo de todas estas atenciones, espero sostenerlas sin contraer empeños, sin gravar en nada a estos vasallos, y aún podré socorrer la metrópoli con algunas remesas, siempre que continúen según el estado actual, las hostilidades, y combinación de las potencias marítimas”. Revista de Historia Militar, 117 (2015), pp. 183-200. ISSN: 0482-5748
REVISTA HISTORIA MILITAR 117
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