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REVISTA HISTORIA MILITAR 117

38 ARÁNGUEZ, JOSÉ CARLOS - CORRALES, DAVID - MORALES, JOSÉ MANUEL Uno de los países en los que el temor comenzó a apoderarse de los círculos de poder fue la Rusia zarista, que despidió la misma mañana del 23 de julio a Poincaré y a Viviani. No es casualidad que la movilización parcial del ejército ruso en su frontera suroccidental comenzara a prepararse incluso antes de que el propio zar firmara el decreto oficial, pues existían notables divergencias entre Nicolás II y Sazónov, partidarios de una solución nego-ciada, y una plana mayor del ejército mucho más beligerante77. Mientras las presiones de Serbia y de Francia no hacían sino intensificarse sobre los rusos, el caballo de batalla en Moscú era optar por la movilización parcial o general, si es que el significado simbólico de ambas de cara a los aliados centroeuropeos no era el mismo. Por su parte, Poincaré y Viviani tuvieron constancia del ultimátum austrohúngaro cuando hicieron escala en Estocolmo el día 25. Aunque el regreso a París se adelantó una vez conocida la noticia, no se pudo evitar que otros tomaran posiciones en una dirección poco proclive a una solución negociada. Mientras que Paléologue prometió por su cuenta todo el apoyo posible y pidió a Rusia firmeza en la respuesta a Austria-Hungría, el minis-tro de la Guerra Adolphe Messimy y el jefe del Estado Mayor Joseph Joffre, en un manejo de futuribles que no parecía tener límites, recomendaron el día 27 a San Petersburgo que atacase lo antes posible en la frontera con Prusia en caso de guerra general78. Los defensores de la interpretación de la línea dura adoptada por Francia a medida que se avecinaba la guerra austro-serbia se basan en la propia necesidad que imponían los planes militares del Estado Mayor francés. Basándose en la offensive à outrance o “ataque en exceso” en el frente alemán, materializada en el Plan XVII de Joffre de ataque por la región de Alsacia, el prerrequisito esencial para el éxito de la estrategia francesa era una ofensiva rápida de los rusos por el frente oriental. Se pensó así que un apoyo incondicional a Rusia en los Balcanes, región que no era de la estricta incumbencia de Francia, obligaría de alguna manera a sus aliados a hacer lo posible por responder con presteza a los ruegos de París79. Como se observa, los planes militares de Francia estaban inspirados en el mismo procedimiento táctico, la ofensiva, entendida como un procedi-miento de ataque directo, rápido, destructivo y preventivo contra el enemigo. Este “culto a la ofensiva” respondió para algunos autores al privilegio de las directrices militares en la toma de decisiones durante la Crisis de Julio, ya que el ejército se independizó de la política en estas semanas críticas, crean-do una peligrosa dinámica acción-reacción que fomentó un clima propicio 77  JOLL, James: op. cit., p. 14; MACMILLAN, Margaret: op. cit., pp. 692, 695. 78  JOLL, James: op. cit., p. 17; TRACHTENBERG, Marc: op. cit., p. 6. 79  TRACHTENBERG, Marc: op. cit., pp. 7-8 Revista de Historia Militar, 117 (2015), pp. 38-56. ISSN: 0482-5748


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