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protección de columnas en otros puntos por los que iban avanzando los soldados españoles. A finales de 1926, marchó a Los Alcázares (Murcia) para realizar el curso de hidroaviones; una vez finalizado se incorpora de nuevo a Melilla y más tarde se traslada con su escuadrilla al nuevo emplazamiento en el Aeródromo de Auamara (Larache). Cuando participaba en las últimas misiones de esta cruenta y dura guerra es herido en el Zoco el Had de Beni Berkul, mientras apoyaba con sus ametralladoras el avance del comandante Capaz. Terminada la guerra, su espíritu inquieto no le permitió descansar sobre los laureles y acompañado del capitán Tauler Pastor efectuó la vuelta con España en un De Havilland. En los vuelos sobre nubes y nocturnos que se vio obligado a hacer, utilizó el radiogoniómetro, aún en vías de experimentación teniendo que resolver los numerosos problemas técnicos que se le presentaba con el nuevo sistema de navegación. Durante 1927 realizó el curso de vuelo sin visibilidad y obtuvo el título de radiotelegrafista de primera. En este mismo año es destinado como profesor a la Escuela de Mecánicos y tomó parte en el Tour de Europa con una avioneta Avro Avian. Terminó la década realizando un curso de paracaidismo. En 1930, efectuó los dos vuelos con los que consiguió los récords mundiales de velocidad. Un año más tarde en diciembre de 1931, llevó a cabo el raid a Guinea, volando a través del desierto desde Sevilla a Bata, invirtiendo 27 horas en cubrir los 4.300 (4.500) km. que separan ambos puntos. Carlos de Haya, tenía un espíritu investigador importante y unía a su pasión por el vuelo una imaginación creadora que dio como resultado una serie de inventos aeronáuticos muy importantes. “Inventor autodidacta”, quizás sus creaciones pasaron desapercibidas en su momento por la gravedad de los acontecimientos que se sucedieron a su alrededor y por la grandeza de otros hechos en los que fue protagonista destacado. Posiblemente su enorme interés por el vuelo instrumental y por el vuelo nocturno hizo que naciera en su mente la idea de un Horizonte Artificial giroscópico asociado a un Indicador de viraje. Así nació su Integral de Vuelo, que sin números, escalas ni complicaciones permitía de un solo vistazo materializar perfectamente la posición real del avión y su actuación en viraje o línea de vuelo. Haya también inventó el Estímetro o Calculador de Vuelo, para resolver de forma sencilla los principales problemas básicos de la navegación. Asimismo, fruto de sus muchos vuelos dedicados a las prácticas de bombardeo, fotografía aérea y tiro de ametralladora, fueron los proyectos de bomba “H” de metralla incendiaria y de la espoleta “Haya”. Como en tantos otros casos, la guerra terminó con otros muchos proyectos pacíficos y creativos de esta mente genial que de haber sobrevivido a la guerra hubiera dado frutos extraordinarios a la Aviación en general y al Ejército del Aire en particular. Ascendió a capitán en 1932, y al empezar el Alzamiento Haya era el Jefe de la 2ª Escuadrilla de Breguet (Grupo 22 de Tablada). Estaba de permiso en Málaga, pero se une a las fuerzas sublevadas tras una rocambolesca huída de Málaga a Sevilla. Es el piloto del avión Douglas DC-2, capturado en Tablada por el suceso de Vara de Rey. Con éste avión realiza el transporte de tropas a la Península, bombardeos nocturnos a los aeródromos del entorno de Madrid y diurnos en apoyo de las columnas que desde el sur avanzaban hacia la capital de España, labores que simultanea con la Jefatura de Operaciones de la Aviación del Sur. Pero su actuación más destacada durante la contienda fue la de abastecimiento y apoyo a los sitiados en el Santuario de Nuestra Señora de la Cabeza, en plena Sierra Morena, donde dos centenares de guardias civiles se hicieron fuertes, al mando del capitán Cortés, merced a los suministros casi diarios y en todas circunstancias que hizo Haya. Simultáneamente realizaba misiones de bombardeo nocturno en los frentes Centro, Norte y Aragón. Cuando en abril de 1937, las fuerzas republicanas consiguieron ocupar los escombros de la fortaleza, Carlos Haya recibió el Mando de una escuadrilla de bombardeo nocturno equipada con Junker 52. Su dinamismo y su capacidad de gran acróbata le piden pasar a la caza. Solicitó y fue agregado al Grupo Legionario nº 23 “Asso di Bastoni” de Fiat CR-32, donde en pocos días asimiló las tácticas de las unidades de caza, mereciendo la confianza de su jefe que le nombra adjunto al Jefe de una escuadrilla. El 21 de febrero de 1938, el mismo día que vuelve de Bilbao del entierro de su madre, cae en combate en el frente de Teruel, cuando al intentar salvar la vida de un compañero chocó con el avión enemigo, pereciendo en el accidente. Por su destacada labor en la campaña fue ascendido a comandante por méritos de guerra y se le otorgaron la Medalla Militar individual y la Cruz Laureada de San Fernando. Efectuó más de 300 servicios de guerra, de ellos 82 aprovisionamientos. Voló una media de 40 horas de vuelo al mes y cuando se mató tenía 3.185 horas de vuelo. Sus restos reposan en el Santuario de Santa María de la Cabeza, junto a los del capitán Cortés, defensor del mismo e igualmente laureado. LOS CIRCUITOS Como la Federación Aeronáutica Internacional (FAI) tenía establecidas unas normas sobre circuitos homologados, uno de los trabajos preparatorios del vuelo consistió en la elección del recorrido que se ajustase a dichas normas. Se seleccionaron dos recorridos: el triángulo Sevilla – Almodóvar del Río – Osuna – Sevilla y otro más corto de 105 km con vértices en Sevilla, Carmona y Utrera. 140 El Breguet XIX preparado para el vuelo a Guinea


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