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cienda justificando la petición de un suplemento de crédito “para el entretenimiento del material, para terminar la instrucción de la tropa en las aplicaciones que pudiera hacerse de ella en África y para la adquisición del material aeronáutico, a fin de organizar unidades expedicionarias completas”. Pocas dudas podían quedar en cuanto a una intervención de la Aviación Militar española en el teatro de operaciones de África. El 28 de julio se aprobó un presupuesto especial para la Escuela de Aviación por valor de 127.720 pesetas. El 16 de agosto se destinaron 100.000 pesetas, con cargo a los fondos del Material de Ingenieros, para equipar una sección de aeroplanos en previsión de emplearlos conveniente en algún punto de África y, finalmente, el 19 de agosto Hacienda concedió un crédito extraordinario de 631.720 pesetas. Solucionado el problema económico, el capitán Barrón fue designado, el 14 de agosto de 1913, para “marchar a Viena en comisión de servicio con objeto de recibir cinco biplanos”. Se trataba de los modernos Lohner-Pfeilflieger. En una carta25, cuya copia se encuentra en poder de las hijas de Barrón y que éste envió a Kindelán el 30 de agosto de 1913, informaba del inicio de su viaje como sigue: “el viernes 25 de agosto de 1913 salí por ferrocarril en el Sud Express llegando a París el 26, los días 27 y 28 estuve en el aeródromo Morane en Villacoublay tratando de ver a Ortiz Echagüe, saliendo para Viena el día 28 por la noche, llegando el día siguiente y alojándome en el Grand Hôtel Wien, I. Kärntnerring 9”. Adjunta a la citada carta se encuentra una nota remitida por Kindelán para “El teniente Orleáns y el capitán Barrón, encargados sucesivamente de la recepción de cinco biplanos Lohner en Aspern” en la que daba instrucciones sobre condiciones, requisitos de la recepción y plazos de entrega de los aviones y el siguiente párrafo: A más de reunir cuantos datos puedan de la organización austriaca y otras noticias de aviación interesantes, procurarán dar importancia preferente a cuantos informes y datos concretos puedan reunir relativos al tiro desde aeroplanos, pudiendo desde luego disponer el envío, si lo consideran conveniente y práctico, de un aparato de puntería y algunos modelos de bombas o espoletas. El día 30, el capitán Barrón se desplazó a Aspern (Viena), donde la casa Lohner había habilitado un campo de pruebas, encontrándose allí con Alfonso de Orleáns e intercambiando con él información relativa a los vuelos de prueba realizados. Sobre el encargo (bombas o espoletas y aparato de puntería) Barrón trasladó a Kindelán lo que le había comentado el teniente Orleáns: Respecto a un aparato para lanzar bombas me ha dicho cree conveniente se entienda directamente con la casa Carbonite (sic) de la cual ya debe haber recibido V. el catálogo. Aquél mismo día por la noche, Orleáns regresó a Coburgo donde le esperaba su familia y Barrón tomó una habitación en la misma pensión donde se había alojado el teniente Orleáns, continuando con las pruebas. Pero ¿cómo es que el teniente Orleáns tomó parte en la recepción de los Lohner, con qué órdenes y por qué? Alfonso de Orleáns, que se encontraba con su familia veraneando en Coburgo, enterado de la Comisión encargada a Barrón, se había ofrecido voluntario (y fue autorizado) para colaborar en las pruebas de recepción, siempre a título personal, voluntario y en absoluto en comisión de servicio. Como un inesperado regalo, en la correspondencia entre Kindelán y Barrón encontramos datos que invitan a un nuevo planteamiento sobre el origen de las primeras bombas de aviación utilizadas por el Ejército español y por quién y cómo se gestionó su compra. Es interesante constatar el interés manifestado por Kindelán respecto a la adquisición de bombas y visores y la respuesta del teniente Orleáns y, muy significativo, el momento en que esto ocurre. El conocimiento de estos hechos abre una vía de investigación en un asunto aparentemente cerrado, la adquisición de las bombas Carbonit que fueron utilizadas por primera vez en África, precisamente por Barrón. Claramente anotado en su hoja de servicios consta que, durante su estancia en África con la 1ª Escua- 36 > El capitán Ortiz Echagüe posando ante un “Barrón Flecha” en Cuatro Vientos (foto: Archivo Histórico del Ejército del Aire). > José Ortiz Echagüe y el avión Morane costeado por el Conde de Artal (foto: Nuevo Mundo nº 1039, 4-12-1913).


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