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REVISTA HISTORIA MILITAR 116

PINZÓN Y LAS RAÍCES HISPÁNICAS DE BRASIL 107 actitud —que ha sido valorada como— predominantemente pasiva de los nativos. En principio era, simplemente, una isla solo existente en la carto-grafía legendaria4 y un territorio de nombre distinto que después admitió el de una planta de utilidad tintórea. Inicialmente fue un punto (por lo tanto, geométricamente, no tiene dimensiones) en un litoral y, poco después, una línea (que solamente tiene una dimensión) costera susceptible de proyección hacia el oeste (alcanzando el nivel de superficie)5; algo análogo sucedió con la expansión inglesa en América del Norte. A fines del siglo xv, cuando Vicente Yáñez Pinzón vio la desembocadura del Amazonas (1500) no podía imaginar el manantial que le da origen ni la longitud de tan portentoso río ni la magnitud de la cuenca que drena siguiendo un esquema arborescente de más de 1.100 afluentes; del mismo modo cuando se ve nacer al Amazonas es imposible imaginarse lo que el río llegará a ser —un mar, «Mar Dulce»— y cómo es el perfil de su curso. Sin embargo esa unidad estructural parece como si hubiera dotado a Brasil de unidad, de una indígena a la que hubieran arribado los portugueses («O Brasil nasceu na Baía Cabrália»), otros europeos preferidos por más que ocuparan «uma boa parcela conquistada a ferro e fogo», y sin presencia alguna de otros que no eran aquellos (españoles). Qué duda cabe de que durante la época colonial todos contribuyeron a la construcción del Brasil. Pero, qué era Brasil; quizás lo que refleja la imagen del bello mapa co-nocido como de «Cantino» (Guerreiro, 2003, 15 y ss.; Domingues, 2009). En principio, considerando una visión maximalista, un territorio ocupado por nu-merosas tribus, cuyo nombre fue siendo perfilado y que fue descubierto pun-tualmente (tanto en su cronología como en su localización), cuyo litoral fue re-corrido epidérmicamente6 dando lugar a una cartografía lineal en crecimiento y perfeccionamiento continuado y a una proyección hacia el interior siguiendo bien cursos fluviales o bien aceptando límites oficiales siguiendo las líneas de los paralelos definidos. Eso era el límite oriental, claro, por cuanto era la línea que marca la tierra con el mar; los demás límites sencillamente no existían, eran los de cada tribu y eso estaba por descubrir, explorar y conquistar. No en balde, insistimos, el esquema fisiográfico brasileño presenta una figura arbórea cuyo tronco es el cauce amazónico siendo sus afluentes las ramificaciones hasta sus ulteriores cabeceras en la frontera andina y los ma- 4  Aparece, entre otros mapas, en el de la América septentrional del Islario de Santa Cruz, en la primera mitad del siglo xvi. 5  De dos dimensiones que juntamente con la altura y la batimetría constituirán la representación del relieve. 6  Frecuentemente descrito en la historiografía española y, también en la portuguesa, ver el rotei-ro del ms de Ajuda (cod. 51-V-41) y brasileña (por ejemplo, en Mello, 2005, I). Revista de Historia Militar, 116 (2014), pp. 103-154. ISSN: 0482-5748


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