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REVISTA HISTORIA MILITAR 116

PINZÓN Y LAS RAÍCES HISPÁNICAS DE BRASIL 135 por ambas márgenes, un cartografiado dificultoso y una toponimia difícil-mente legible (mapa BNE) que puede ser complementada con la del mapa del Marahão, c. 1629 (Guedes, 1, II, 598): por la derecha el Fuerte de Curapa hasta Acara, Pará, puerto de Ruiel, ciudad de San Luis —bañada por el este— por el R. del Marañon, sin embargo pocos ríos llevan escrito su topónimo y, además, su lectura se hace difícil por la conservación del manuscrito (R. Paricasa y R. Juguapi). Los nombres de los afluentes por la izquierda se hallan escritos con sus nueve topónimos pero de forma menos nítida si cabe debido al deterioro de la tinta, sobre su esquema de humedal hasta llegar al Cabo del Norte. El mapa concluye en la parte inferior, en el este, con una leyenda: «Desde las orillas del mar hasta las tierras de Quito, por una y otra parte, son innumerables las Provincias que ay, que por ser tantas y no saberse los nombres de todas ellas no se ponen aquí»; una idea que emergerá en diversos mapas posteriores hasta llegar, al menos, a los de Juan de la Cruz Cano y Olmedilla o al de Andrés Baleato, por poner dos ejemplos. En el extremo este del mapa está dibujado el escudo con la nota: «Armas de la Ciudad de Quito» bajo una ornamentación clásica náutica y frecuente en la cartografía antigua. Portugal no podía perder la ocasión que Toledo y Brieva le ponía en bandeja y frente a aquel grupúsculo que había descendido lo que se consideraba entonces todo el curso del río Amazonas. Volvía una posible tensión hispano-portuguesa por más que los objetivos fueran distintos pero no opuestos; era seguridad y defensa (España) frente a ampliación de horizontes geográficos (Portugal). Para el virreinato el tema era evitar la aproximación, las incursiones foráneas aguas arriba de los grandes ríos; para los lusos construir un gran Brasil sin intrusiones de otros eu-ropeos. Su respuesta fue el envío de una armada en toda regla, con un jefe calificado ostentosamente de general, Pedro Teixeira, un ampulosamente denominado en el manuscrito piloto mayor, «Benito de Acosta, que tiene medidas todas las jornadas y distancias, hombre práctico en estos des-cubrimientos », con 47 y un grupo de 70 soldados, 1.200 indios de boga y guerra, con mujeres y muchas, unos 2.500 en total, pertrechados con abundantes medios.47 47  Jiménez (1882, 200) anota que el p. «Laureano y asilo recoge El padre Maldonado, indican que la armada de Portugal estaba formada por cuarenta canoas de buen porte; según Acuña y Teixeira, eran cuarenta y siete, 47.-». Maldonado, Acuña y Teixeira hablan de 1.200 indios pero Teixeira, incluyendo niños y mujer alcanza la cifra de 2.500. Teixeira habla de sesenta y tantos portugueses, Teixeira y Acuaña, por error, de 700. Revista de Historia Militar, 116 (2014), pp. 103-154. ISSN: 0482-5748


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