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to aunque no formarían parte de él en el futuro. Con mayor o menor experiencia que los pilotos “oficiales”, estos “reservas” contribuyeron en gran medida a que la Patrulla saliera adelante y no escamotearon esfuerzos ni ilusión a la hora de lanzar a volar a la recién nacida. Por si supusieran poco castigo para la estabilidad de la Patrulla las inevitables ausencias esporádicas de los pilotos seleccionados y mejor entrenados, se produjeron otras muchas bajas, esta vez irreversibles, por razón de destino a otras unidades de varios de los pilotos titulares. La escasez de estos puso muchas veces en peligro la continuidad de nuestro trabajo. Fue un auténtico quebradero de cabeza y un reto importante que conseguimos superar con el esfuerzo y profesionalidad de todos. Además de los pilotos, otros muchos compañeros nos ayudaron de mil maneras desde sus puestos de responsabilidad durante aquellos momentos difíciles proporcionándonos los medios necesarios y otras facilidades a la hora, por ejemplo, de cambiar algún servicio previamente asignado o poner un avión en vuelo lo antes posible tras una revisión. La Patrulla siempre les estará agradecida por el apoyo que aún desde el anonimato, nos prestaron tantos compañeros durante aquellos primeros meses, tan difíciles. LOS PROTAGONISTAS Nunca la historia de la Patrulla ha sido un camino de rosas, sino de trabajo constante de todos sus componentes para superar las diferentes etapas por las que ha ido pasando. Como cualquier otra Unidad, el principal tesoro de la Patrulla Águila es el potencial humano, los hombres que la componen, y en este campo tuvimos que hacer frente a múltiples problemas derivados de la escasez de personal. Si al principio es verdad que disponíamos de suficientes tripulantes con la experiencia previa requerida para el lanzamiento de la Patrulla, no es menos cierto que carecían de la suficiente disponibilidad de horas libres para entrenar y volar en exhibiciones debido a otras obligaciones militares previamente asignadas y de las que no era fácil liberarlos. Más tarde, principalmente en el año 87, nos afectó una gran escasez de personal experto como consecuencia de la marcha de muchos pilotos militares a las líneas aéreas comerciales y también por la incorporación a sus nuevos destinos de algunos de los mejores de la Patrulla. Con un mayor esfuerzo de todos en unos casos, y con la incorporación en otros de nuevos puntos, como el caso de aquellos primeros tenientes que supieron aprovechar “cum laude” el 154


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