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AEROPLANO 30

Recuerdo que aquellos días hacía mucho frío. Mientras utilizaba las herramientas me daba la sensación de que se pegaban en las manos. El frío era implacable para el mecánico, pero también lo era para el piloto, cuyas extremidades se entumecían. Cierto día por mañana, al regresar la escuadrilla de un servicio, al piloto Ramón Llorente, al aterrizar, le faltó poco para capotar debido al frío en las manos y en los pies, a pesar de llevar guantes y botas de piel. El 2 de marzo nos retiramos al aeródromo de Escatrón, y dos días después lo hacíamos al de Caspe, ambos provincia de Zaragoza. Desde estos aeródromos la escuadrilla cumplía misiones de ametrallamiento en el sector de Utrillas y Montalbán y a veces tenía que enfrentarse con la caza nacional que les superaba numéricamente. El 7, la escuadrilla participó en ametrallamientos cerca de Rudilla, pero la caída de Montalbán en poder de los nacionales nos obligó, dos días después, a retirarnos al aeródromo de Candasnos (Huesca). Justamente ese mismo día es derribado y muerto el piloto Vicente Pinar. Cuando nos enteramos del suceso yo estaba ayudando a mi compañero mecánico Esteban a cambiar la hélice de su avión. Lamentamos mucho la noticia, pues la pérdida de un compañero afligía a todos los componentes de la escuadrilla. > Izquierda: Piloto Juan Comas. Aeródromo de Santa María de Cayón (Santander), junio de 1937. Derecha: José Capellades mecánico de la 4ª Escuadrilla. Aeródromo de Hijar (Teruel), febrero de 1938. > Pilotos que actuaban en el Norte, de izquierda a derecha: Zambudio, Panadero, Comas, Morquillas y Feo. Aeródromo de Santa María de Cayón (Santander), junio de 1937. 77 Había días de mucho frío. Mientra utilizaba las herramientas me daba la sensación de que se pegaban en las manos. El frío era implacable para el mecánico, y también para el piloto, cuyas extremidades se entumecían


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