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REVISTA DE HISTORIA NAVAL 127

JOSÉ CERVERA PERY Bandera del imperio de Annam, tomada en el fuerte de Saigón el 17 de febrero de 1859. (Museo Naval de Madrid, núm. inv. 4988). to quedaba garantizado sin necesidad del auxilio de los franceses. No obstante, a mediados de 1859, durante el primer año de la expedición, se llevaban gastados 120.000 pesos en estos fletes cuando los servicios habían sido relativamente nulos. La precaria Marina filipina no podía dar más de sí. El doble juego de Francia El gobierno francés, como el español, quería vengar los insultos a su pabellón y los malos tratos infligidos a sus misioneros. Pero la crisis le venía a París muy a propósito en sus aspiraciones de extender su influencia en el sudeste asiático, por cuanto Indochina, y particularmente el reino de Annam, se perfilaba como colonia ideal para crear una base de expansión por la zona. Posiblemente fueron estos móviles económicos y estratégicos los que indujeron a Francia a solicitar la ayuda española, pues París, aunque ya tenía fuerzas navales en los mares de China, carecía de unidades terrestres suficientes y adaptadas a aquel medio geográfico, unidades que España podía proporcionar a través del ejército de Filipinas. Por añadidura, así evitaba el compartir el triunfo con su poderosa rival, Inglaterra. Es evidente que la causa inmediata de la participación de España en la expedición de castigo propuesta por Francia debe buscarse en los atentados de 100 REVISTA DE HISTORIA NAVAL Núm. 127


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