Page 44

REVISTA DE HISTORIA NAVAL 127

CENTENARIO DEL ARMA SUBMARINA (1915-2015) Fundamentos históricos y jurídicos sobre su origen y creación jaime ANTóN VISCASILLAS Teniente de Navío (RV) EL 17 de febrero de 1915 se promulgaba la conocida como «Ley Miranda», ley de escuadra que incluía el más importante plan naval de la Restauración y, quizá, también de los dos últimos siglos, el cual, continuación del plan Maura-Ferrándiz (de 1908), entre un ambicioso plan de construcciones y mejoras para la Marina en su conjunto contemplaba la construcción de los primeros submarinos operativos de la Armada. Luego puede decirse que la fecha antes mencionada (17 de febrero de 1915) es también la de nacimiento del Arma Submarina española. Sin embargo, en la orden ministerial 100/01194/2012, de 13 de enero, por la que se asigna nombre a los cuatro submarinos S-80 —que, como es de rigor, una vez más lucirán nombres de precursores y marinos vinculados a esta arma, y cuya primera unidad está previsto que se bote en 2018 (1)—, está ausente el nombre del ilustre marino a quien se debe la creación e impulso inicial del Arma Submarina, quien no fue otro que el almirante don Augusto Miranda y Godoy (1855-1920). Ante tamaña omisión, cabe preguntarse con perplejidad si a estas alturas existe alguna duda razonable sobre la autoría de la creación del Arma Submarina, pues de otro modo no se entiende que en el nomenclátor de la serie en construcción se haya obviado el nombre de esta figura por demás sobresaliente en la historia de la Marina española de guerra. Como escribió acertadamente el investigador naval Alejandro Anca (2), «la Armada se caracteriza por mantener vigentes una serie de tradiciones. Una de ellas es asignar el nombre de marinos ilustres a barcos de guerra, mostrando en la inmensa mayoría de las ocasiones la sensibilidad y cuidado en su elección, pues como pasa en este (1) El programa de los submarinos S-80, un diseño propio de la industria naval española, constituye sin duda uno de los mayores retos tecnológicos a los que se enfrenta la empresa Navantia. Dicho programa, que comenzó a ejecutarse en 2004, se ha lentificado por dificultades en el desarrollo del sistema Propulsión Independiente del Aire (AIP, por sus siglas en inglés) y por problemas de ingeniería derivados de un deficiente control de pesos en el diseño de su estructura. Estos impedimentos retrasarán la entrada en servicio del primer submarino (S-81) hasta 2017/2018, aproximadamente siete años después de la fecha inicialmente prevista. (2) Cfr. «Omisión», crónica naval del Diario de Ferrol de 6 de marzo de 2012. Año 2014 REVISTA DE HISTORIA NAVAL 43


REVISTA DE HISTORIA NAVAL 127
To see the actual publication please follow the link above