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REVISTA DE HISTORIA NAVAL 127

BEATRIZ GARCÍA ÁLVAREZ DE LA VILLA Tras el comienzo de la tercera guerra carlista, en mayo de 1872 asume el mando del apostadero de guardacostas de Málaga, «siendo el único buque donde no hubo que lamentar, en aquella época de insurrección cantonal, ninguna deserción», y por contribuir al sostenimiento del orden se le premia con la Cruz Blanca del Mérito Naval de segunda clase. Por último, durante la rebelión cantonal de 1873 conduce compañías de infantería y secciones de carabineros veteranos con destino a Almería. Entrega el mando del vapor Alerta el 11 de julio de ese año. Por los servicios prestados durante la guerra civil recibe la Cruz Blanca de segunda clase, que posteriormente el gobierno de la I República le permutaría por la roja. Sus puestos en el Ministerio y comandancias de Marina En 1873 pasa a ocupar el puesto de oficial segundo de la sección de armamentos del Ministerio de Marina. Ese año Antonio Terry comienza la publicación de sus obras. La primera es Manual del navegante, que le procuraría una Cruz Blanca de segunda clase. Recomendada a los oficiales y guardiamarinas de la Armada, serviría también de texto para los exámenes de piloto de la marina mercante. El manual conocería una rápida difusión y llegaría a alcanzar seis ediciones, lo que lo convierte en una de sus obras más importantes, en la que se evidencia su gran experiencia en cuanto a navegación astronómica. En este sentido, él mismo afirma: «Después de haber desempeñado por espacio de algunos años el cargo de oficial de derrota en buques de distinta clase, he podido apreciar prácticamente las necesidades que se originan en la mar. Fundado en eso y teniendo a la vista las obras más modernas que tratan de la materia, he emprendido este trabajo puramente material» (19). En 1875 ven la luz El desvío de la aguja náutica —por la que recibiría otra Cruz Blanca de segunda clase— y El compañero del navegante a la vista de tierras, recomendada a la marina de guerra y a la mercante. La aceptación de que gozaban sus obras hizo que el rey Alfonso XII le concediera, como gracia especialísima, el empleo de capitán de fragata sin antigüedad. Sus honores no acaban aquí, y el 25 de febrero de 1874 se le concede la prestigiosa Cruz de San Hermenegildo. En 1878 pasa a ocupar, durante tres años, el importante puesto de oficial primero de la secretaría del Ministerio. Durante este período ve publicadas sus Tablas náuticas para abreviar los cálculos de navegación, por las que recibiría la Cruz Blanca de tercera clase. (19) Manual del navegante, p. III. 80 REVISTA DE HISTORIA NAVAL Núm. 127


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