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REVISTA DE HISTORIA NAVAL 127

ANTONIO TERRY Y RIVAS (1838-1900) Para acabar dejamos las impresiones de algunos de los profesores de matemáticas sobre la obra de Terry: «No era difícil encontrar texto adecuado ni necesario salir al extranjero para importar libros de problemas. Teníamos dentro de nuestra patria uno de los libros mejores que sobre estas materias se han escrito. y con problemas tan varios y abundantes que causa admiración considerar como un solo hombre pudiese dar cima a tan grande empresa. Fue éste el insigne matemático e ilustre marino D. Antonio Terry» (44). Su último adiós «Vibra en el espacio el supremo adiós de sus compañeros y admiradores, que por millares acudieron a su entierro (…) rindiendo un último homenaje al sabio que fue General distinguidísimo y respetado» (45). De esta manera se despedían los periódicos de Antonio Terry, de quien sabían que había sido un prócer muy querido. Falleció el 2 de noviembre de 1900, por causas naturales, en Madrid. Su muerte, que le sorprendió trabajando en el Senado, dejó consternados a propios y extraños. Con grandes honores, los periódicos de la época relatan el multitudinario cortejo que acompañó a su féretro, el 4 de noviembre, hasta la madrileña sacramental de San justo. En una carroza tirada por ocho caballos negros y servida por otros tantos lacayos, sus restos recorrerían las calles de Madrid acompañados por el ministro de Marina, Ramos Izquierdo, al que secundaban altos mandos de la Armada y miembros del Senado. Entre estos dignatarios se hallaban el secretario de Marina, Montojo; el almirante Valcárcel; los exministros Beránger, Auñón, Gomez Imaz y Pasquín; los generales Butler, Martínez Espinosa, Delgado, Castro, Topete…, y destacadas personalidades como Dionisio de la Campa, Fernández Duro o Pastor Díaz, a los que se unieron espontáneamente cientos de personas para rendirle un último homenaje. Fue enterrado en el patio de Santa Gertrudis, donde sus restos reposan junto a los de otros grandes escritores españoles. En los periódicos se le dedicaron columnas que resumían y ensalzaban una vida llena de honra militar y su prolífica obra. De entre ellos, y para finalizar, transcribo estos versos que honran cariñosamente su memoria: Con la espléndida aureola del marino penetrando en la ciencia de los mares, con cien técnicas obras ejemplares fue en la tierra alfombrando su camino. (44) Los problemas de Álgebra de Terry (pról., Mario juanes Clemente). Apuntes y Pizarras, Madrid, 1914. (45) Columnas necrológicas publicadas en La Correspondencia de España, año LI, núm. 15.616, Madrid, 5 de noviembre de 1900, y en El Correo Militar, año XXXII, núm. 7477, m.l., m.f. Año 2014 REVISTA DE HISTORIA NAVAL 93


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