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168 Revista del Instituto Español de Estudios Estratégicos Núm. 1 / 2013 petróleo podrían haber sido realizados con el fin de que los correspondientes cortes en el suministro beneficiasen el propio mercado negro de los combustibles48. 4.3 Modalidades de colaboración. Casi todas las actividades delictivas que acabamos de destacar por su autoría yihadista han venido llevándose a cabo mediante algún grado de cooperación con las redes y organizaciones criminales locales. De hecho, el examen conjunto de los escenarios aquí escogidos arroja todo un catálogo de opciones alternativas de colaboración entre terroristas y delincuentes organizados. Aunque casi todas ellas hayan quedado apuntadas de algún modo en nuestros comentarios previos, parece oportuno explicitar brevemente las opciones más importantes: Incorporación a las cadenas productivas relacionadas con los mercados ilegales. Como ya hemos visto, la implicación yihadista en el negocio de las drogas y en otros tráficos ilícitos ha sido posibilitada por su posición de dominio sobre territorios de cultivo o tránsito. No obstante, dicho dominio sólo puede resultar rentable si se traduce en el establecimiento de una colaboración económica continuada con uno o varios de los otros actores involucrados en el mismo negocio. Así, por ejemplo, para sacar partido al negocio de la droga los socios o antiguos aliados de Al Qaeda en Afganistán y Pakistán han trabado alguna suerte de relación comercial con cultivadores, traficantes profesionales, señores de la guerra y funcionarios corruptos. De igual manera, tanto en Irak como el Sahel Occidental, los yihadistas han colaborado con redes de contrabando. Alianzas tácticas. Otra fórmula de colaboración más o menos duradera consiste en la conformación de alianzas o pactos de colaboración con grupos de delincuentes profesionales. Posiblemente el caso más puro de esta modalidad ha tenido lugar en el Sahel. De hecho, y según lo atestiguan varios informes, la propia organización yihadista MUYAO nació en 2011 como resultado de una coalición formada desde su inicio por una combinación de militantes escindidos de AQMI y elementos delictivos locales. Posiblemente, se vio potenciada por el dinero aportado a la misma por Cherif Ould Taher y Mohamed Ould Ahmed, dos poderosos líderes criminales de la región con larga experiencia en el tráfico de drogas y secuestros. Subcontratación de servicios delictivos. Imitando una pauta de uso creciente en el ámbito general de la criminalidad organizada, los yihadistas que operan en varios de los escenarios aquí observados han subcontratado los servicios de grupos criminales y otros actores ilegales especializados en ciertas modalidades delictivas, a fin de economizar esfuerzos o evitar algún que otro riesgo. Así, en algunas ocasiones los yihadistas de lrak han encargado a grupos puramente criminales el secuestro de algunos de sus rehenes. Por su parte, AQMI ha pagado a algunas personalidades relacionadas con el crimen organizado para que actuasen como intermediarios en la liberación de rehenes. Y volviendo a Irak, además de sobornar a funcionarios de fronteras, los yihadistas de 48  OEHME III, op. cit.


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