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46 Revista del Instituto Español de Estudios Estratégicos Núm. 1/ 2013 fuerzo se ve facilitado por factores externos a la organización que, de manera indirecta, contribuyen a la génesis y arraigo de los movimientos insurgentes, como son el contexto político, la incapacidad del Estado y los errores de la autoridad política establecida.29 Este ha sido, por tanto, otro factor que ha alentado los ataques aéreos norteamericanos contra AQPA. En un contexto de debilidad estatal como el que padece Yemen, y de asentamiento de los cuadros protoinsurgentes en zonas que escapan al control del Gobierno, no es realista esperar que las fuerzas policiales se basten para desarticular la organización. En la ofensiva de primavera de 2012 el régimen de Saná empleó cinco brigadas del ejército con abundante apoyo aéreo. En ese sentido, los drones armados constituyen un medio más para luchar contra un grupo que opera en zonas de difícil acceso. Su objetivo consiste en privar a la organización de líderes clave e impedir que cuente con un refugio seguro, hostigándola desde el aire. Principales características de la campaña aérea norteamericana Estados Unidos realizó los primeros ataques aéreos contra AQPA en diciembre de 2009, los días 17 y 24; es decir, muy poco antes de que el joven nigeriano activase fallidamente el explosivo en el avión que iba a aterrizar en Detroit. El inicio de la campaña armada contra Al Qaeda en la Península Arábiga no fue por tanto una reacción a dicho complot terrorista, sino que obedeció al incremento paulatino de la amenaza, materializado en el ataque contra la Embajada norteamericana en Saná, en septiembre de 2008, y en el tiroteo de Fort Hood, en noviembre de 2009. De hecho, es lógico pensar que el atentado de Fort Hood actuó como precipitante de la respuesta. El gran público escuchó hablar por primera vez de Anwar Al Awlaki, y de su vinculación con Al Qaeda en la Península Arábiga, a partir de aquel atentado. A diferencia del ataque puntual con un drone de la CIA en noviembre de 2002, el inicio de la campaña norteamericana fue ejecutado por la US Navy, demostrando de esta forma la rapidez y flexibilidad de las unidades navales a la hora de proyectar fuerza sobre tierra. Los primeros ataques se realizaron con misiles de crucero Tomahawk o con aviones tripulados embarcados, concretamente con Harrier AV-8B de los Marines.30 En un principio, la responsabilidad de las acciones armadas en Yemen recayó sobre el Mando Conjunto de Operaciones Especiales (JSOC). Continúa siendo así en la actualidad pero, simultáneamente, la CIA desarrolla -en coordinación con el JSOC- su 29  Jordán, Javier, “Delimitación teórica de la insurgencia: concepto, fines y medios”, en Jordán, Javier, Pozo, Pilar y Baqués, Josep (Ed.), La seguridad más allá del Estado. Actores no estatales y seguridad internacional, (Madrid: Plaza y Valdés, 2011), pp. 113-134. 30  Mazzett, Mark, “Drone Strike in Yemen Was Aimed at Awlaki”, The New York Times, May 6, 2011.


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