ASPECTOS INSTITUCIONALES 21 prestigio. La situación sería perfecta si lográramos un mayor nivel en el dominio del idioma inglés. Los valores tradicionales de valor, lealtad, iniciativa, compañerismo, etc…, siguen siendo fundamentales en los nuevos escenarios y no voy a entrar en ellos, porque en este Centro son tratados en profundidad. Están, además, perfectamente recogidos en las Reales Ordenanzas, por lo que mi primera recomendación es que las repaséis frecuentemente, porque en sus artículos podemos hallar una exhaustiva relación de nuestras normas de conducta. Dicho esto, demos un rápido repaso a aquellos aspectos de nuestra actividad como mandos, que no siendo nuevos, sí que adquieren una especial dimensión en los escenarios actuales. Empecemos por el propio concepto de la palabra Mando que, según nuestro diccionario, se define como “Persona que tiene autoridad y poder sobre sus subordinados”. En mi opinión y partiendo de la base de que por su arraigo en el mundo castrense la seguiremos empleando, cuando lo hagamos, debemos enriquecerla con el contenido de la palabra líder que, también siguiendo nuestro diccionario, significa “persona a la que un grupo sigue reconociéndola como jefe u orientadora”. El mando se recibe a través de una disposición administrativa, por ejemplo el BOE. El liderazgo se gana día a día con una mezcla de nuestra forma de ser (con lo que se nace) y de nuestra competencia profesional, mejorada día a día (lo que se hace). Esforcémonos en ejercer nuestro mando a través de un fuerte liderazgo. – A las zonas de operaciones no se va a aprender sino a ejercer con total eficacia desde que se llega, lo que significa que desde el momento de nuestro ingreso en la AGM es necesario que sintamos auténticas ansias por aprender y practicar lo aprendido. En ZO. no tendremos tiempo para ello. El Mando de PU es decisión y acción más que teoría. – La lectura de textos de historia militar es fundamental para ampliar nuestros conocimientos y nos aporta nuevas ideas. Esta lectura además de historia más o menos lejana ha de complementarse con aquellos contenidos que nos ayuden a familiarizarnos con el factor geográfico y humano de la zona en que sea más probable nuestra actuación. Debemos adquirir un exhaustivo dominio de las peculiaridades culturales de las sociedades en cuyos territorios pudiéramos tener que operar. – Necesitamos cada vez más, unos profundos conocimientos técnicos sobre las capacidades de los materiales y armamento de que disponemos, si no conocemos las posibilidades de nuestras radios satélite, de nuestros inhibidores, de nuestros aviones no tripulados, de cómo se gestiona con rapidez el apoyo aéreo, no seremos capaces de integrarlos en nuestras misiones, lo cual pondrá en riesgo a la unidad bajo nuestro mando y las vidas de nuestros hombres y mujeres. – En relación con lo anterior, debemos ser auténticos perfeccionistas rozando la manía (diría yo), en todos los aspectos relacionados con el mantenimiento del material en condiciones extremas de temperatura, polvo, empleo exhaustivo, etc… – Como mandos de sección o pelotón, somos responsables de su adiestramiento. Sed muy exigentes en el mismo. Hay que lograr, por un lado, automatismo en las reacciones y, a la vez, iniciativa y agilidad mental cuando surja un imprevisto. Un buen adiestramiento en acciones y reacciones previstas nos facilita la reacción ante imprevistos. No os canséis de repetir y hacer repetir hasta lograr la perfección. Conseguirlo sin aburrir es todo un arte en el que debéis ser maestros. – Además de instructores, es necesario que seáis educadores; imbuid con vuestra enseñanza y, sobre todo con vuestro ejemplo, a los componentes de la unidad que mandéis, buenos hábitos ciudadanos. La educación, la deferencia, el buen trato, el respeto a la igualdad de sexos, y a las peculiaridades étnicas no son incompatibles con nuestra audacia y espíritu ofensivo en el combate. En el escenario asimétrico, éste es un aspecto muy sensible. Los españoles podemos decir con orgullo que, después de más de veinte años de misiones, jamás hemos tenido una sola acusación de trato abusivo a la población local, o de corrupción o de cualquier otra lacra de las que a veces se infiltran en los contingentes militares, en ZO. – Fomentad el conocimiento de los ejércitos aliados con los que vais a trabajar más directamente dentro de la coalición y, en estrecha vinculación con ello, mi consejo es que, desde el momento en que abandonéis esta sala, no dejéis de mejorar de forma continua y constante vuestro conocimiento del idioma inglés. No se trata de una simple mejora académica, sino de una herramienta táctica más que nos hará falta. – Cuidad la faceta privada y personal de vuestros subordinados. Que sepan que cuentan con su jefe para recibir apoyo ante problemas familiares y personales que en el aislamiento de la ZO. se magnifican y pueden interferir en su actuación táctica. Atended siempre sus sugerencias, que se sientan escuchados, después la decisión será sólo vuestra. – Mantener siempre la disciplina externa que practicamos en las FAs españolas, no es incompatible con lo dicho hasta ahora. El relajamiento de la disciplina externa es la quiebra de cualquier unidad. La disciplina intelectual vendrá por añadidura si os la sabéis ganar. - En operaciones, a veces, nos sentimos frustrados porque nos gustaría conducirlas de una forma más ofensiva, más decisiva, ¿por qué no? con mayor agresividad. Ante este impulso hay que saber contenerse y modular nuestra
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