174 GUILLERMO FRONTELA CARRERAS habían sido depositados por los franceses, aprovechando la evacuación de Madrid, después de la victoriosa batalla de los llanos salmantinos de Ara-piles. Al considerarse que la presencia de los cadetes supernumerarios y los soldados distinguidos en régimen externo perjudicaba la moral de los jóve-nes cadetes, el 2 de noviembre de 1813 se suprime su admisión. Muchos solicitaban plaza de supernumerario para librarse del alistamiento y la ma-yoría presentaban poca aplicación y aprovechamiento, pues llevaban tabaco, comida y enseñaban a los internos las mujeres públicas, que los pervertirían cuando salieran del Colegio; además el número de 150 internos era suficien-te para cubrir las bajas del Cuerpo. Para mantener la salud de los cadetes y, a la vez, sirviera para el ramo de instrucción, el 3 de noviembre el Consejo de Regencia, a propuesta del di-rector general del Cuerpo, aprueba el establecimiento de una escuela de na-tación en el Colegio, enseñanza avanzada para su tiempo. Al mes siguiente el cuadro de profesores se ve prestigiado con la incorporación del brigadier don Juan Manuel Munárriz, ex-profesor en Segovia. A pesar de las graves dificultades ocasionadas por la guerra, sobre todo la penuria económica y las deficiencias propias de los locales habilitados, el Colegio tiene una época de esplendor en los dos años de estancia en Mallor-ca. Permite el ingreso de algunos oficiales graduados de Infantería, perdien-do su antigüedad al ser promovidos a subtenientes de Artillería. Asimismo, completa el cupo de cadetes con hijos de la flor y nata de la sociedad isleña y otros procedentes de diversos lugares de la Península, algunos sometidos a la ocupación enemiga. Hay que distinguir entre los oficiales que salían del Real Colegio de Artillería de Palma y los de la Real Academia Militar, establecida en esta ciudad por don Santiago Wittinghain, Comandante General de la División Mallorquina, para adiestrar a los oficiales de su Unidad en los conocimien-tos artilleros precisos. Es de reseñar que a los cadetes aventajados les estaba permitido ade-lantar curso. Por tal motivo, el Real Colegio, en su corta vida en Palma de Mallorca formó a cinco promociones, saliendo 47 subtenientes de Artillería y unos 60 alumnos que continuaron su carrera en Segovia. Entre ellos, me-recen recordarse por su brillante trayectoria profesional, bien al pie de los cañones o como hombres de ciencia o estadistas, los siguientes: Don Francisco Elorza y Aguirre. Natural de Oñate, Guipúzcoa, ingresa en el Colegio de Artillería en 1811 y sale subteniente de la 52ª Promoción en julio de 1814. Durante el Trienio Constitucional lucha contra el abso-lutismo encuadrado en los Ejércitos de Galicia, Navarra y Vascongadas; Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2014, pp. 135-184. ISSN: 0482-5748
REVISTA DE HISTORIA MILITAR EXTRA COLEGIO ARTILLERIA
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