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REVISTA DE HISTORIA MILITAR EXTRA COLEGIO ARTILLERIA

300 JOSÉ ÁNGEL MADRONA - FRANCISCO JOSÉ GÓMEZ Desde un principio se había hecho hincapié en la necesidad de contar con oficiales de artillería que contarán con la adecuada formación técnica. Pero además la jerarquía artillera creía que era imprescindible que fueran los propios artilleros los que se encargaran de la formación de esos futuros ofi-ciales. En 1741 se dio ordenanza al Cuerpo del Estado Mayor de la Artille-ría, y en ella se establecía que para cubrir las plazas de comisarios extraordi-narios y comisarios delineadores16 no se debía necesariamente atender a los oficiales subalternos del Regimiento Real de Artillería o de las Compañías Provinciales, sino que, “habría de preferirse a aquellos que tuviesen la inte-ligencia necesaria”. El 21 de octubre de 1751 una ordenanza de Fernando VI, impulsada por la exposición que ante el marqués de la Ensenada hizo el coronel don Rodrigo de Peral, modificaba el régimen interior de las escuelas de mate-máticas. En ella se confirmaba la creación de escuelas formales de teórica con título de artillería, “para establecer y conservar un cuerpo científico de oficiales de mi Artillería”, en Barcelona y Cádiz y cuyo fin, como puntua-lizaba el general Carrasco, era el de continuar la instrucción del Cuerpo de Estado Mayor de la Artillería y de las Compañías Provinciales y donde se unirían las enseñanzas teóricas con las prácticas (se daba la circunstancia de que en esas ciudades se encontraban de guarnición los dos batallones que por entonces constituían el Regimiento). Se nombraba “Protector” de ambas escuelas al secretario del despacho Universal de Guerra, el marqués de la Ensenada, quien delegaba en el capitán general de Cataluña y el gobernador de Cádiz, que a su vez comisionarían cada uno a un inspector que sería un oficial de Artillería el cual debería cuidar la observancia de las reglas. La regulación de la enseñanza (lo que hoy sería el jefe de estudios) se encomendaba a un “primer profesor”. Se obligaba a asistir a dichas escue-las a todos los oficiales del Estado Mayor de la artillería con grado igual o inferior al de comisario ordinario (asimilado a capitán), salvo aquellos que demostraran su suficiencia en un examen previo, y a los capitanes, tenientes, subtenientes y cadetes del Regimiento Real de Artillería. La duración de es-tos estudios era de cuatro años, tres para la enseñanza de las matemáticas y otro para la del dibujo17. Con posterioridad hubo un pleito con los miembros del Cuerpo de Ingenieros que consiguieron que estas escuelas no pudieran 16  Empleos equivalentes respectivamente a los de teniente y alférez del Regimiento. 17  En Cádiz se nombró primer inspector a Juan Manuel de Porres, comisario provincial y director de la Escuela Práctica y primer profesor a Marcos Antonio Cigli. En 1574 Antonio Zini, que había sido segundo profesor en la de Cádiz, marcha de director a la de Barcelona. En 1760 era primer profesor de la de Cádiz Gabriel Martínez y segundo Lorenzo Lasso, que más tarde sería el primer “primer profesor” del Colegio de Segovia. Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2014, pp. 289-358. ISSN: 0482-5748


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