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MEMORIAL CABALLERIA 71

34 COLABORACIONES El Diccionario de la Real Academia de la Lengua define al «integrismo» como: «la actitud de ciertos sectores religiosos, ideológicos, políticos, partidarios de la inalterabilidad de las doctrinas». Pero parece más acertada la definición de Roger Garaudy, según el cual «integrismo» consistiría en «identificar una fe religiosa o política con la forma cultural o institucional que pudo revestir en una época anterior de su historia. Creer, pues, que se posee una verdad absoluta e imponerla». Según algunos expertos, los integristas islámicos no ven al Islam como una simple religión, sino como una ideología política que debe «integrarse» a todos los aspectos de la sociedad (política, derecho, economía, justicia, política exterior… etc.). Su objetivo final es alcanzar el poder e imponer sus condiciones. La aplicación rigurosa de la ley coránica a la política es una postura que se opone frontalmente a las sociedades democráticas occidentales multiculturales y pluriconfesionales (o aconfesionales) en una serie de principios como: la prioridad de los derechos humanos y la ley civil frente a los derechos de los grupos religiosos y la propia religión; la igualdad entre hombres y mujeres; la separación iglesia-estado (en este caso sería religión-estado); la separación de la Justicia y el Gobierno o Parlamento y la aceptación de los derechos religiosos, incluyendo la apostasía. La crueldad con que se ha aplicado la sharia en los países en los que se ha impuesto el integrismo, ha creado percepción internacional de rechazo13 al transmitir una sensación de horror y conmoción; una situación inaceptable que dificulta el establecimiento de unas relaciones 13  Y, en ocasiones, ha restado el apoyo popular en el propio país. socio-económicas de la comunidad internacional (y en especial, occidente) con el estado en cuestión. Un ejemplo reciente fue el de Afganistán durante el periodo bajo el poder talibán. La Yihad islámica.- Para intentar comprender el significado de «Yihad» se deben tener presentes dos aspectos importantes. Por una parte, que el Islam no es una religión pasiva sino que opta continuamente por lograr una serie de valores morales. Por otra, esta religión, como ya se ha indicado anteriormente, es susceptible de ser aplicada de una forma u otra según sea interpretada, y en esa interpretación entran en juego, a su vez, una gran variedad de factores. Sin perder la referencia de estas puntualizaciones, el término «Yihad» (en el idioma árabe es masculino) viene a significar «lucha», con el amplio contenido que todo ello conlleva. En el Corán, el término se enfoca como combate «en el camino de Dios» para defender esta religión frente a los enemigos. Pero ésto es, a su vez, «interpretado» desde varias perspectivas. Por una parte, se puede entender como una «defensa espiritual», es decir, la de evitar desviarse de los preceptos de la religión ante la injerencia de ideas que dañan la pureza del contenido de la revelación. En ese caso constituye una lucha personal que viene contemplada como «el gran Yihad». Otra perspectiva consiste en una «defensiva» (física) ante cualquier agresión contra el Islam; un ejemplo lo tenemos en la reacción del mundo islámico contra la invasión soviética en Afganistán. Es obvio que esta lucha defensiva requiere acciones ofensivas. Israel y Estados Unidos son los máximos enemigos del islamismo radical. En la imagen una foto del ya ex presidente de Egipto Hosni Mubarak tachado de «amigo» de Israel. Representación de la Yihad.


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