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MEMORIAL CABALLERIA 71

76 LA CABALLERIA EN OPERACIONES HISTORIA En 1097 muere en la batalla de Consuegra su único hijo varón, Diego, dejándole sin descendencia masculina. Según las crónicas, el domingo 10 de julio de 1099 muere el Cid a la edad de 56 años. Sus restos fueron llevados al monasterio de Cardeña por su esposa Doña Jimena. Actualmente los restos del Cid y de su esposa se encuentran en la Catedral de Burgos. ¿POR QUÉ LE LLAMARON «EL CID CAMPEADOR»? La Historia Roderici cuenta: «…Rodrigo Díaz era el portador de la bandera regia y destacó entre todos los caballeros del ejército del rey». Esta cita confirma la condición del Cid como portaestandarte o alférez del Reino de Castilla, situándolo militarmente sólo por detrás del rey. Corría el año 1065, Rodrigo tenía entre 18 y 22 años y según algunos cronistas no andaba sobrado de carnes, tenía falta de peso. El rey Sancho II estaba empeñado en recuperar los territorios que su padre, de manera incomprensible, dividió entre sus tres hijos7 y comenzó por reclamar el castillo de Pazuengos a los vascones. Lo tradicional por aquella época era desafiarse en lid singular de caballeros armados. Los vascones no tuvieron impedimento alguno, ya que entre sus filas se encontraba el caballero Eximino Garcés, señor de Lizarra, del que se decía que contaba con un hacha que sólo la podía manejar él por sus dimensiones. Un día de julio de 1065 amaneció festivo y soleado y se celebró una gran fiesta. Había grandes apuestas a favor del experimentado Eximino y parece ser que sólo una bruja, la bruja de Munárriz8 que usaba filtros mágicos, apostó por el joven desconocido. Llegado el momento, cuando se encontraban los dos lidiadores preparados, en complot con un palafrenero le dio a beber al caballo del 7 El rey Fernando I dividió sus territorios en tres partes: don Sancho recibió el reino de Castilla, don Alfonso el reino de León y don García el reino de Galicia; y para que la paz reinase en la familia prohibió a sus dos hijas, doña Elvira y doña Urraca, contraer matrimonio para que sus yernos no perturbaran aquella distribución. 8 Esta bruja fue cegada por el Señor de Lizarra. Se refugió en el Castillo del conde Mateo (70 años), señor de Viana, poniéndose a su servicio, el cual quería casarse con la hija de Eximino, Estefanía (12 años). Drogó al caballo del navarro, pues éste había hecho una apuesta con su esposa de que, si perdía, les dejaba casarse. Monumento en Burgos, en donde supuestamente estuvo la casa del Cid. navarro un brebaje con la flor del Diablo. A las primeras embestidas el caballo se desplomó. Se cuenta que estando el de Lizarra en el suelo, y para sorpresa de todos, Rodrigo descabalgó y se enfrentó pie a tierra contra su adversario. Tal fue la sorpresa que incluso el mismo Eximino le aconsejó que se subiera a su caballo, a lo que Rodrigo le contestó que le daría vergüenza vencerlo de esa manera. Según el historiador vasco Ben Hair el combate duró casi todo el día hasta que, en un descuido del navarro, Rodrigo lo atravesó por su axila derecha. Solo le dio tiempo de pedir confesión en manos de Rodrigo, quien le prometió que haría justicia sobre la persona que había cometido aquel acto contra el noble9. Gracias a este hecho se le otorgó al de Vivar el título de «Campeador», es decir Campi doctoris, «doctor en el campo de batalla». Crecido el rey Sancho por la victoria de su alférez, pronto tentó la fortaleza de Medinaceli del rey Moctádir, que se negó a seguir pagando las parias10 que pagaba a su padre Fernando I. Allí se tendría que enfrentar a Hariz Ben Haffa que le sacaba cabeza y media. El día 27 de septiembre de 1067, y en presencia de los dos ejércitos, Rodrigo cortó la cabeza del moro de un solo mandoble de espada. Desde ese día comenzaron a llamarle Cidi en hebreo, que en árabe y castellano 9 El alférez real, tras el combate, dispuso que se apresara a la bruja, quién confesó su culpa, muriendo en la hoguera posteriormente. Según José L. Olaizola, Estefanía, años más tarde, ingresó en la religión y llevó tal vida de santidad que fue canonizada en 1567 bajo el pontificado de Gregorio XIII. 10 Impuesto que pagaban los reinos de Taifas a los reyes cristianos para que no les atacasen y para que fuesen protegidos de los propios enfrentamientos que se producen entre los propios reinos de taifas y reinos cristianos.


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