Historia 84 MEMORIAL ARTILLERíA, n.º 168/1- junio de 2012 de en la más acendrada devoción hacia su protectora. SANTA BÁRBARA Y VALENCIA Pero, de alguna forma, Valencia esta ligada de forma principal a los inicios de la devoción a nuestra Santa Patrona. Constanza II de Hohenstaufen nació en 1230, era hija ilegítima de Federico II Emperador de Alemania y de Bianca Lancia. Su padre, por necesidades de alianzas, la casó a la edad de 14 años con el emperador de Bizancio, Carlo Juan Ducas Vatatzes, cuando éste tenía 52 años. A la muerte de su esposo su vida se complica. Su heredero Teodoro II Lascaris, mal gobernante murió pronto y le sustituyó su hijo niño Juan IV, que fue apartado del trono con facilidad por Miguel Paleólogo, quien se haría con el poder en Constantinopla como Miguel VIII Paleólogo. Para legitimar su condición, Miguel solicitó a Constanza en matrimonio, pero ella resistió durante años a sus pretensiones, hasta que su hermano Manfredo, nuevo rey de Sicilia, la requiere para su patria. Tras múltiples vicisitudes, fi nalmente se embarca, casi de limosna, hacia Valencia, por entonces recién conquistada a los moros, trayendo consigo algunas reliquias de Santa Bárbara, de la que era una gran devota, aparte de un Lignum Crucis de considerable tamaño. Jaime I era por aquel entonces el rey de Aragón. Su hijo Pedro, que sería posteriormente Pedro III de Aragón, estaba casado con una Detalle singular y curioso que da muestra de la gran devoción valenciana a Santa Bárbara, es el acto que se lleva a cabo en la capilla de Santa Bárbara de la iglesia de San Juan del Hospital sobrina de la emperatriz también llamada Constanza. Gracias a este parentesco y a su alta cuna de procedencia, el rey permitió a Constanza su alojamiento en el Palacio Real de Valencia, teniéndolo en usufructo hasta su muerte. Falleció la emperatriz Constanza en Valencia en 1307. Aunque su enterramiento se había previsto en el Panteón Real del Monasterio de Sijena, por pertenecer a la familia real, en su testamento dejó escrito que quería reposar defi nitivamente en la primera capilla de Santa Bárbara de la iglesia de San Juan del Hospital, que ella había mandado construir. En el siglo XVII, con autorización del rey Carlos II, la Real Cofradía de Santa Bárbara trasladó los restos mortales de la emperatriz, desde su primer enterramiento a una nueva capilla barroca, recién construida, también bajo la advocación de la Santa. Sus restos aún descansan en la iglesia de San Juan de Hospital, en la capilla nueva de Santa Bárbara. En su sepulcro, recientemente recuperado y restaurado, puede leerse el siguiente epitafi o: “Aquí yace Dª Constanza Augusta emperatriz de Grecia”. La emperatriz sufría del terrible mal de la lepra. Una noche, entre el 1270 y 1280, se le apareció Santa Bárbara mandándole buscar una imagen suya que estaba escondida en la ciudad. Una vez encontrada debía mojarla en tres tinas de agua, en memoria de la Santísima Trinidad, bañándose después en la misma. Haciéndolo con Fe recobraría la salud.
MEMORIAL ARTILLERIA JUN 2012
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