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LA LEGION 532

LA OPERACIÓN ANFIBIA: EL DESEMBARCO Una operación anfibia no es tan sólo una de las operaciones bélicas más arriesgadas, sino también, una de las más difíciles. El propósito de la operación se fijó en la realización del desembarco para ocupar una base de operaciones en la zona de Alhucemas con capacidad para albergar y permitir la maniobra de un Cuerpo de Ejército de unos 20.000 hombres. Esta operación constituía la primera acción conjunto combinada de la era moderna en la que participaba España y ello, junto al fracaso de una operación similar anglo-francesa en Gallipoli en 1915 durante la Primera Guerra Mundial, constituía un motivo de preocupación. A ello contribuían igualmente las dificultades que el terreno presentaba para la realización del desembarco. Durante la fase de planificación y en aras a evitar el problema logístico que se presentó a los aliados durante el desembarco de Gallípoli, en el estrecho de los Dardanelos, se tomó la decisión de no desembarcar ganado hasta que estuviera garantizado el aprovisionamiento de agua potable para los semovientes (el ganado de la fuerza de desembarco sumaba 1.400 cabezas). Esta escasez de agua, en las postrimerías del verano hizo aún más duras, si cabe, las condiciones en las que se llevó a cabo el asalto a la costa rifeña. El agua tenía que ser desembarcada desde los buques de aprovisionamiento, acarreada a brazo por abruptos acantilados, y finalmente transportada hasta la primera línea del combate. Así que no quedó más remedio que racionarla y esta medida afectó especialmente a las unidades de artillería de montaña que participaron en la operación anfibia y que transportaban las piezas a lomo de los mulos. Los ocho obuses Schneider calibre 105/11 (750 Kg) de la baterías 4ª y 6ª del II Grupo Expedicionario del Regimiento de Artillería de Montaña nº 3 de La Coruña, así como sus pertrechos y dotación de munición, tuvieron que ser desembarcadas y acarreadas a brazo durante los primeros días de la operación. Así lo relata el Diario de Operaciones: “El día 5 el Grupo Expedicionario embarca en el vapor “Romeu”, a bordo del cual permanece hasta el día 12, que traslada el material e impedimenta a las barcazas K-2 y K-22. El día 13 desembarca la 6ª Batería en la playa de los Frailes, y marchó portada a brazo hasta el asentamiento elegido. La 4ª trató de desembarcar en la playa de la Cebadilla pero no pudo hacerlo por el estado del mar regresando a bordo del “Romeu”. ATAQUES “BANZAI” EN LA CABEZA DE PLAYA El desembarco de Alhucemas fue la primera operación anfibia moderna, innovadora en muchos aspectos, constituyó un precedente que fue estudiado con posterioridad por las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos de América para planificar sus grandes operaciones anfibias de la II Guerra Mundial. En este sentido, el Ejército Español se anticipó a la táctica, que durante la campaña del Pacífico adoptó el Cuerpo de Marines para neutralizar los ataques “banzai” que los japoneses lanzaban de noche contra la cabeza de desembarco. Abd-el-Krim había concentrado sobre la Cebadilla un fuerte contingente con el fin de rechazar la invasión. El día 11 de septiembre, tras un fuerte cañoneo de dos horas, lanzó a sus hombres en un feroz contraataque nocturno, que se repetiría los días 12 y 13 de septiembre, en un intento de ruptura de la línea establecida entre Morro Nuevo- Punta de los Frailes- Cebadilla. Las fuerzas españolas de la cabeza de desembarco, habían establecido un perímetro de seguridad y en cuya defensa participaban tanto unidades de infantería como de artillería, con las piezas dispuestas para hacer fuego a cero. La noche del 12 al 13 de septiembre fue especialmente intensa, cuando 200 juramentados, en un ataque suicida, arremetieron contra las posiciones españoles. Estos ataques han quedado documentados en el Diario de Operaciones del Grupo Expedicionario: >> Historia 58 532 · III-2015 La Legión


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